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Se le conoce como una persona necia a aquella que se muestra obstinada y cerrada a cambiar de opinión o a considerar puntos de vista diferentes, incluso cuando las evidencias o argumentos razonables se lo indican.
Esta actitud suele estar influenciada por una terquedad innata o por una fuerte convicción en sus propias ideas, lo que con frecuencia dificulta la posibilidad de mantener un diálogo constructivo o de llegar a acuerdos en situaciones de conflicto.
Aunque se pudiese pensar que las actitudes de necesidad provienen únicamente de una mala educación, distintos estudios en el campo de la psicología buscan constantemente obtener información sobre este tipo de conductas con la finalidad de comprender este fenómeno de mejor forma e identificar sus características.
La necedad según la Psicología
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De acuerdo con un artículo publicado por Manuel Villaseñor, psicólogo clínico egresado del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS Universidad) los necios son personas que no poseen la habilidad de dejar un margen para el error, ni de reconocer que ellos pudieran estar equivocados.
Además, el experto menciona que la necedad como patrón de conducta permanente, puede ser síntoma de algún trastorno de personalidad. Ya que los necios tienden a tener múltiples problemas familiares y laborales; además, manifiestan serias dificultades para mantener relaciones interpersonales saludables.
”Los necios son capaces de justificar lo injustificable sin importarle lo ridículo que luzcan al hacerlo, por probar su equivocado punto de vista y sin reconocer su obvia equivocación. A menudo, cuando se encuentran acorralados y sin argumentos, tienden a ofender, a atacar a los demás con insultos, gritos, acusaciones etc”, mencionó el psicólogo clínico en un artículo publicado en 2020.
En ocasiones estos tipos de personas tienden a confundir el significado de “rectificar”. En su mente rectificar su equivocada opinión es una debilidad de carácter; aceptar otra opinión es un asunto frustrante que le recuerda y activa sus complejos de inferioridad; por lo tanto, su ego, como mecanismo de defensa, no les permite ver otro punto de vista, ni aceptar otras ideas o argumentos.
De acuerdo con el experto, es común que muchos caigan en el juego de los necios y acceder a debatir ciertos temas, ya que por lo regular los argumentos que presentan este tipo de personas suelen ser pobres y muy mal fundamentados, sin embargo, prolongar esta conversación puede ser un gran error y una pérdida de tiempo, debido a que por más razón que tengas es probable que alguno de los dos termine por explotar y romper un intercambio de ideas sano.
Características de las personas necias
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Aunque es fácil identificar a una persona necia al momento de discutir un tema en específico o a través de conversaciones prolongadas, el sociólogo con maestría en psicología de la Universitat de Barcelona, Arturo Torres publicó en el sitio Psicología y Mente, algunas características que hablan sobre la mentalidad de las personas necias.
Son orgullosas: el miedo a aceptar su propia imperfección, a exponer un error o a admitir que no se tiene el control absoluto sobre todo lo que podría ocurrir, es una de las razones que llevan a ciertas personas a mantenerse firmes en sus conductas, creencias o estrategias. Esto contribuye al comportamiento de aquellas personas consideradas necias.
Esta necedad no se explica únicamente por su convicción de que seguir actuando como lo hacen es lo correcto. También está influida por la resistencia a realizar un cambio drástico en su comportamiento o a revisar sus opiniones.
Detestan la improvisación: tal y como nos ocurre a todos, las personas necias se ven obligadas a improvisar de vez en cuando. Lo que ocurre es que en su caso existe un riesgo añadido de que las cosas salgan mal, porque si la decisión inicial que toman resulta ser la incorrecta, es más difícil que se corrijan a sí mismas.
La teoría les importa más que la realidad: realizar un diagnóstico preciso sobre un problema es una condición necesaria para emprender cualquier acción que busque mejorar una situación. Sin embargo, hay quienes, al analizar una situación, tienden a priorizar sus teorías sobre la realidad que observan. Es decir, cuando no hay coincidencia entre sus ideas y los hechos, consideran que es la realidad la que está equivocada.