El 26 de febrero de 2023 siete jóvenes fueron atacados por 17 militares mientras viajaban en una camioneta por la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas; eran alrededor de las 4:50 de la mañana cuando los efectivos del Ejército Mexicano accionaron sus armas porque “escucharon disparos de armas de fuego”.
La versión oficial mencionaba que los jóvenes viajaban a exceso de velocidad, con las luces apagadas y que intentaron huir cuando vieron el convoy de militares; sin embargo, los familiares de las víctimas -cinco jóvenes murieron- afirmaron que no iban armados y que se trató de una ejecución extrajudicial.
Apunto de cumplirse dos años desde el crimen, el juez de Distrito Juan Gonzaga Sandoval declaró culpables a cuatro de los 17 militares del XVI Regimiento de Caballería destacados en Nuevo Laredo; sin embargo, será en los próximos días cuando el juzgador individualice la responsabilidad de cada uno de los soldados identificados como Agustín “N”, Bernardo “N”, Jorge “N” y Juan Carlos “N”.
En entrevista para el portal Aristegui Noticias, Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, recordó que los siete jóvenes fueron perseguidos por los militares, quienes impactaron su camioneta con los vehículos oficiales, luego arrastraron su auto y posteriormente iniciaron los disparos que asesinaron a cinco muchachos e hirieron de gravedad a uno más.
Conviene recordar que Alejandro y Luis Gerardo fueron los únicos sobrevivientes, sin embargo, los militares los torturaron y amenazaron para que no presentaran denuncias: Luis Gerardo recibió un disparo cuando ya había sido sometido en el suelo; mientras que Alejandro fue obligado a grabar un video en el que relataba una persecución que no ocurrió.
Lejos de la versión oficial, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo sostuvo en todo momento que los jóvenes estaban festejando el cumpleaños de Gustavo Ángel y que las víctimas regresaban a sus domicilios cuando tres camionetas del Ejército Mexicano les dieron alcance y asesinaron al cumpleañero y a sus amigos Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha y Gustavo Pérez Benítez.
Aunque la investigación del caso estuvo envuelta en una serie de irregularidades, entre las que se incluyó su exculpación por el delito de “desobediencia” dentro del fuero militar, la pesquisa a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR) consiguió que el capitán de Caballería, Elio Conde Toledano, declarara que “los cuatro cabos dispararon sin existir una orden superior de por medio”, lo que ayudó al juez a sostener su culpabilidad.
