Foto del día: El saqueo de la Fachada de Placeres, una pieza que sobrevivió al tráfico ilícito y la repatriación

La imagen seleccionada por el INAH muestra parte de la grandeza del país, las y los mexicanos

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Estas ilustraciones capturan la majestuosidad
Estas ilustraciones capturan la majestuosidad y la espiritualidad de los dioses aztecas, recordando la rica mitología y herencia cultural del pueblo azteca. - (Imagen ilustrativa Infobae)

La fotografía es una herramienta poderosa para explorar el mundo que nos rodea. Al capturar estructuras arquitectónicas, animales, paisajes o personas, podemos apreciar la belleza y el sentido estético en un momento detenido en el tiempo.

Incluso en medio de la monotonía, una imagen de un rincón de México puede ser entretenida y nos permite conocer algo nuevo que podríamos hablar en reuniones.

La imagen del día, proporcionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), nos invita a reflexionar sobre la creatividad humana y la belleza que se encuentra en nuestro país. Sin más retrasos, aquí está la imagen del día.

Fachada de Placeres: saqueo, repatriación y restauración

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El INAH muestra un aspecto importante del país a través de una imagen. (Pamela de la Paz. INAH)

En 1968, un grupo de ladrones desmanteló la fachada de un templo maya en el sitio arqueológico de Placeres, ubicado al sur del estado mexicano de Campeche, y la transportó en avión hacia los Estados Unidos con la intención de venderla al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET). Según el INAH, la pieza iba a ser incluida en la exposición “Before Cortés”. Sin embargo, el MET rechazó la adquisición y notificó el intento de tráfico ilícito a Ignacio Bernal, entonces director del Museo Nacional de Antropología (MNA) en México.

La fachada llegó al MNA dividida en 48 secciones, lo que complicó su reintegración debido a la falta de documentación que permitiera reconstruir su apariencia original. Durante décadas, se debatió sobre su procedencia hasta que se confirmó que pertenecía al sitio arqueológico de Placeres. Este monumento, que data aproximadamente del año 400 d.C., destaca por su intrincado diseño, que incluye el rostro de un ancestro divinizado rodeado de elementos iconográficos como mascarones, figuras de animales mitológicos y patrones geométricos.

El saqueo y sus consecuencias: daños irreparables al patrimonio maya

El saqueo de la Fachada de Placeres no solo implicó su traslado ilegal, sino que también causó daños significativos al monumento. Los ladrones, sin experiencia en técnicas de restauración, provocaron la pérdida de fragmentos escultóricos, molduras y superficies estucadas con policromía original. Además, el contexto arqueológico del sitio fue irremediablemente alterado, lo que dificultó la interpretación histórica y cultural de la pieza.

El diagnóstico realizado en 2014 reveló que los relieves de estuco habían sufrido alteraciones debido a la exposición a la intemperie y al crecimiento de vegetación tras el abandono del sitio en época prehispánica. Estas condiciones, sumadas al saqueo, resultaron en la pérdida de la capa pictórica y la disgregación del estuco. A pesar de estos daños, los avances en el estudio de la iconografía y la recuperación de fotografías tomadas durante el saqueo permitieron desarrollar un programa de conservación para intentar devolver al monumento su apariencia más cercana a la original.

Entre 2018 y 2019, el Museo Nacional de Antropología reunió a un equipo de especialistas para evaluar el estado de conservación de la Fachada de Placeres y proponer intervenciones orientadas a su preservación. Los análisis realizados identificaron una paleta cromática compuesta por cinco colores aplicados sobre el estuco. La base anaranjada cubría toda la superficie, mientras que los detalles de los personajes e indumentarias se pintaron en tonos rojo anaranjado y rojo vino. Los dientes, uñas y escleróticas eran blancos, y las pupilas negras.

Sin embargo, la aplicación de un polímero durante el saqueo generó un velo blanquecino que opacó los colores originales, dificultando la apreciación de los detalles iconográficos. Las labores de conservación se centraron en retirar este recubrimiento para recuperar la policromía original y resaltar los elementos originales. Los esfuerzos realizados por el MNA y los avances en el estudio de la iconografía han permitido rescatar parte del valor histórico y artístico de este monumento.