Entre la densa selva del Caribe mexicano, los turistas se pueden adentrar en un sitio arqueológico que permaneció oculto durante siglos: Ichkabal, una ciudad maya que data del año 600 a.C., y que en 2025 fue abierta al público, revelando estructuras monumentales y secretos de una civilización que floreció mucho antes que Chichén Itzá.
Este sitio arqueológico, ubicado en el estado de Quintana Roo, se encuentra a sólo 40 kilómetros de la Laguna de los 7 Colores, uno de los destinos turísticos más importantes de la región y que ahora vive un nuevo impulso gracias a la construcción del Tren Maya.
Ichkabal fue redescubierta en 1996 por un equipo de arqueólogos liderado por Enrique Nalda, tras siglos de abandono. Desde entonces, el sitio ha sido objeto de intensas excavaciones y restauraciones que culminaron en su apertura al público en enero de este año.
El arqueólogo Luis Joaquín Venegas de la Torre, responsable del lugar, explicó que esta ciudad maya destaca por su arquitectura monumental y su estilo característico del Petén, un ecosistema que abarca partes de Guatemala y el sureste de México.
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Ichkabal , una ciudad monumental en el corazón de la selva
Ichkabal alberga estructuras de gran relevancia histórica y arquitectónica. Entre ellas, la Estructura 4, que alcanza los 42 metros de altura, se erige como la construcción más imponente del sitio.
Según detalló Venegas de la Torre, desde la cima de esta estructura es posible contemplar la vasta extensión de la selva maya, un paisaje que conecta al visitante con el entorno natural y cultural de la región.
Además de la Estructura 4, el sitio cuenta con otros conjuntos significativos, como la Plaza Poniente, que ha sido objeto de recientes excavaciones. Estas áreas reflejan la complejidad y el desarrollo de las primeras civilizaciones mayas en Quintana Roo, caracterizadas por sus conjuntos triádicos y grupos arquitectónicos únicos.
Otro elemento destacado de Ichkabal es su aguada, un reservorio natural de agua que, según explicó Venegas de la Torre, tenía la capacidad de abastecer a la población residente. Este cuerpo de agua, que actualmente alberga cocodrilos y está conectado con otros sistemas acuáticos de la región, subraya la importancia de los recursos hídricos para las antiguas ciudades mayas.
Un destino accesible y lleno de vida silvestre
Por el momento, el acceso a Ichkabal es gratuito tanto para visitantes nacionales como extranjeros, aunque aún no se han anunciado las tarifas que se implementarán en el futuro. Este factor, junto con su proximidad a la Laguna de los 7 Colores y al trazado del Tren Maya, ha convertido al sitio en un atractivo emergente para el turismo en la región.
Los visitantes no solo se encuentran con la majestuosidad de las estructuras mayas, sino también con la riqueza de la fauna local.
Quienes recorren Ichkabal pueden avistar tucanes, liebres, monos araña, zorros e incluso panteras, que habitan en su entorno natural. Este contacto con la biodiversidad añade un valor único a la experiencia de explorar el sitio arqueológico.
Ichkabal, con sus pirámides de más de 40 metros de altura y su legado milenario, invita a los visitantes a descubrir los orígenes de la civilización maya en un entorno que combina historia, arqueología y biodiversidad.