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En la vida cotidiana, es común enfrentarse a situaciones donde el conflicto resulta inevitable, ya que la diferencia de opiniones es parte de las dinámicas humanas, sin embargo, algunas personas eligen evitar estas confrontaciones, optando por mantener silencio para prevenir posibles problemas, un comportamiento que, aunque puede percibirse como una estrategia positiva, tiene implicaciones significativas en la salud mental del individuo.
De acuerdo con los especialistas, entre los factores que motivan esta actitud se encuentran el temor al rechazo, la inseguridad emocional y la falta de confianza para resolver conflictos; ante la necesidad de esquivar el malestar emocional que una discusión podría generar, se opta por no expresar los propios sentimientos o puntos de vista, algo que intensifica la incomodidad y la frustración interna, lo cual afecta la autoestima y la calidad de las relaciones a largo plazo.
A nivel personal, el continuo esfuerzo por evitar conflictos genera una percepción de incapacidad para defender las propias ideas o límites, mientras que, en lo relativo a las relaciones interpersonales, la falta de comunicación abierta puede dar lugar a malentendidos, resentimientos acumulados y una ruptura en la confianza mutua.
Guardar silencio como muestra de sumisión
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Luis Miguel Real Kotbani, en la revista Ethic, detalla que este comportamiento, lejos de ser un signo de madurez o convivencia pacífica, refleja dinámicas de sumisión y pérdida de identidad personal. De acuerdo con el especialista, cada vez que alguien elige callar para evitar incomodar a otros, envía un mensaje implícito de que sus propias necesidades son menos importantes y cuando este patrón se repite con frecuencia, se convierte en un hábito que afecta la autoestima y la capacidad de expresar emociones y pensamientos.
Asimismo, el silencio no solo refuerza la idea de que las necesidades propias son secundarias, sino que entrena a los demás para ignorar esas necesidades, dado que si una persona nunca expresa lo que piensa o siente, los demás asumen que no hay problemas, sin embargo, este comportamiento puede generar frustración interna y una desconexión con uno mismo a largo plazo, ya que se priorizan constantemente las expectativas de los demás.
Mecanismo para evitar conflicto

De acuerdo con Julia Vidal, psicóloga y directora del Centro de Psicología Área Humana en Madrid, la evitación es una estrategia que muchas personas adoptan frente a situaciones que perciben como amenazantes o incómodas y puede manifestarse de diversas maneras, clasificándose en tres tipos principales: evitación conductual, cognitiva y experiencial.
La evitación conductual equivale a la inacción, por ejemplo, no expresar una opinión en una conversación o evitar actividades que generan ansiedad. Por otro lado, la evitación cognitiva implica eludir pensamientos que generan malestar; en este caso, en lugar de reflexionar sobre un problema, las personas optan por distraerse con actividades como ver televisión o navegar en internet.
Finalmente, la evitación experiencial se centra en evitar emociones desagradables, como el miedo o la ira. Para lograrlo, algunas personas recurren a conductas compulsivas que pueden ser perjudiciales, como el consumo excesivo de alcohol, el juego o incluso actividades saludables realizadas de manera desmedida, como el ejercicio físico.
En este caso, el silencio forma parte de la evitación conductual. Según explicó Vidal, no actuar ante un conflicto impide resolver la situación que ya genera malestar en sí misma y limita el aprendizaje, así como el desarrollo personal, por lo que recomienda afrontar las dificultades, aunque inicialmente sea incómodo, pero a largo plazo permitirá mejorar habilidades sociales, ganar confianza y fortalecer la autoestima, lo que traerá la sensación de control sobre la vida y las emociones.
Por qué algunas personas prefieren evitar el conflicto

Las razones detrás de evitar conflictos varían ampliamente entre las personas. De acuerdo con el Centro especializado en Psicología, Psicopedagogía y Psiquiatría, Consulta Goya, algunas personas simplemente buscan mantener la paz y la tranquilidad en sus vidas, mientras que otras han experimentado situaciones negativas en el pasado que las hacen temer las confrontaciones.
En muchos casos, el temor a no poder controlar las consecuencias de un conflicto o a decepcionar a alguien cercano también juega un papel importante, además, las personas con fobia social suelen evitar situaciones conflictivas debido a la inseguridad sobre cómo actuar o qué decir, así como al miedo de ser juzgadas o criticadas, por lo que adoptan este comportamiento como una manera de protegerse de emociones negativas, incluso si limita las interacciones sociales y la capacidad de establecer relaciones saludables.
El entorno en el que una persona crece tiene un impacto significativo en su capacidad para manejar conflictos en la vida adulta, según Consulta Goya. Al respecto, explica que los estilos de crianza autoritarios o sobreprotectores pueden transmitir la idea de que el conflicto es peligroso o amenazante y los niños aprenden a eludir las confrontaciones para evitar consecuencias negativas, como el rechazo o el castigo.
Por otro lado, cuando los niños crecen en entornos donde no se les permite expresar sus opiniones o emociones, desarrollan una sensación de incapacidad y vulnerabilidad que persiste en la adultez, un temor a ser rechazados o ridiculizados que los lleva a priorizar la aprobación de los demás sobre sus propias necesidades y preferencias.
Contrario a ellos, los niños que crecen en hogares donde se fomenta el diálogo y la resolución de conflictos tienen más probabilidades de desarrollar habilidades para manejar situaciones difíciles, pues aprenden que las diferencias de opinión no son sinónimo de rechazo, sino una oportunidad para crecer y encontrar soluciones conjuntas.