El Papa Francisco visitó México el 12 de febrero de 2016 en un viaje pastoral que se extendió durante seis días. Durante su estancia, recorrió la Ciudad de México y los estados de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua, donde fue recibido con entusiasmo y muestras de afecto por parte de millones de fieles.
La visita papal fue gestionada desde 2014, luego de que el entonces presidente Enrique Peña Nieto viajara a la Santa Sede en el Vaticano para sostener un encuentro con el Pontífice.
Desde entonces, la expectativa por la llegada del Papa a tierras mexicanas creció entre los creyentes y la comunidad católica del país.
A lo largo de su recorrido, el Papa Francisco dejó un mensaje de amor, fe y justicia, destacando la importancia de la solidaridad y la ayuda a los más necesitados. En cada una de sus paradas, el líder de la Iglesia católica fue recibido con cánticos, pancartas y muestras de devoción, especialmente de niños y ancianos, quienes expresaron su alegría por su visita.
Abuelitas madrugaron y la espera que valió la pena
Uno de los momentos más emotivos del viaje ocurrió en las afueras de la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México, donde un grupo de ancianas en silla de ruedas esperó pacientemente para ver al Santo Padre.
La espera de toda la noche y madrugada, tuvo su recompensa cuando el Papa Francisco se acercó a ellas, las abrazó y les dio su bendición.
La imagen del Pontífice acariciando sus cabezas y besándolas se convirtió en un símbolo de ternura y esperanza, siendo captada por medios de comunicación de todo el mundo.
Las ancianas, visiblemente emocionadas, reflejaban en sus rostros la alegría de haber recibido la bendición del Papa. Una de ellas logró sujetarse del brazo del Pontífice, quien respondió con una sonrisa cálida, reafirmando su compromiso con los más vulnerables.
Este gesto conmovedor resaltó el carácter cercano y humano del Papa Francisco, quien ha hecho de la humildad y el servicio los pilares de su pontificado.
El medio especializado en noticias de la Iglesia católica, ACI Prensa, destacó que el Papa se llevó innumerables muestras de cariño por parte del pueblo mexicano. Durante su visita, el Pontífice también abordó temas cruciales como la justicia social, la migración y la violencia, llamando a la unidad y al trabajo en conjunto para construir un país más justo y equitativo.
Con su mensaje de amor y esperanza, el Papa Francisco dejó una profunda huella en México, reafirmando la fe de millones y recordando la importancia de la compasión y la solidaridad en tiempos de desafíos.
