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La Lengua de Suegra, cuyo nombre científico es Sansevieria, figura entre las plantas de interior más robustas. No obstante, si su follaje empieza a mostrar una coloración amarillenta, esto indica una anomalía.
Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sugieren que esta alteración puede obedecer a diversas causas, como el riego excesivo, la exposición lumínica inapropiada o la carencia de nutrientes. En adelante, se detalla cómo identificar el inconveniente y cómo resolverlo con tres métodos eficaces para revitalizar la planta.
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¿Por qué la Lengua de Suegra o Sansevieria se pone amarilla?
La alteración del color en las hojas de la Sansevieria, que viran hacia un tono amarillento, constituye un claro indicio de que la planta experimenta estrés. Expertos en botánica de la UNAM señalan que la causa más frecuente radica en el riego desmedido, dado que esta planta, originaria de regiones áridas, está adaptada a la escasez de agua. El exceso de riego provoca la asfixia y posterior putrefacción de las raíces, lo que se manifiesta en el cambio de color del follaje.
Otro factor determinante es la iluminación. La exposición prolongada a la luz solar directa puede ocasionar quemaduras en las hojas, resultando en su amarilleamiento. Por el contrario, un ambiente excesivamente sombrío debilita su desarrollo y también puede causar decoloración. Finalmente, la carencia de nutrientes esenciales, como el nitrógeno o el hierro, puede influir en la tonalidad de las hojas.
¿Cómo saber si la Lengua de Suegra tiene exceso de agua?
Resulta crucial identificar si el problema radica en un riego desmedido para salvaguardar la planta. De acuerdo con investigaciones de la UNAM, estas son las señales principales que delatan un exceso de humedad:
- Hojas blandas y amarillas: Si las hojas están flácidas, significa que la planta está absorbiendo más agua de la que necesita.
- Raíces negras o con mal olor: Si al retirar la planta de la maceta notas que las raíces están podridas o tienen un olor desagradable, el exceso de riego ha provocado una infección fúngica.
- Presencia de moho en la tierra: La humedad acumulada puede generar hongos en la superficie del sustrato, lo que impide la correcta oxigenación de la planta.