Las autoridades mexicanas asestaron el pasado 19 de febrero un golpe significativo contra la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa. Dos de los principales operadores y encargados de la seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, líder de la escisión criminal, fueron detenidos en Sinaloa por las Fuerzas Armadas.
La primer captura reportada fue la de José Ángel Canobbio Inzunza, El Güerito, identificado como uno de los principales y más importantes operadores financieros de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Este sujeto es un hombre de confianza de Iván Archivaldo y, según las investigaciones de las autoridades federales, se encarga de las operaciones de seguridad, planeación de rutas de narcotráfico, así como de las redes de distribución de fentanilo, cocaína y metanfetaminas a nivel internacional. Además del lavado de dinero.
Canobbio Inzunza tenía su propia célula delictiva y bajo sus órdenes se realizaron las agresiones a instalaciones y fuerzas militares en distintos puntos de Culiacán durante los dos Culiacanazos (el 17 de octubre de 2019 y el 5 de enero de 2023), tras las operaciones en contra de Ovidio Guzmán López, alias El Ratón.
José Ángel cuenta con una orden de aprehensión por tráfico y distribución de drogas en los Estados Unidos, por lo que se espera que sea extraditado de manera rápida.
Horas más tarde y luego de un intenso operativo de las Fuerzas Armadas en Culiacán, se detuvo a Kevin Alonso Gil Acosta, alias El 200 o El Cabo, responsable de la seguridad de Iván Archivaldo.
El 200 coordinaba la compra de armamento y municiones para Los Chapitos, según fuentes federales, al tiempo que organizaba fuerzas de reacción para confrontar a grupos antagónicos o las Fuerzas Armadas,
Gil Acosta hacía medidas de contrainteligencia para asegurar la protección de sus áreas de influencia y el resguardo de Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
También contaba con el permiso para llevar a cabo homicidios y castigos a sus enemigos, al tiempo de cometer extorsiones cuando lo consideraba necesario.
Su cómplices eran agentes de la policía municipal de Culiacán, quienes informaban los operativos de las autoridades federales, además de prevenir sobre las posibles actividades en su contra.
Ante la relevancia de los personajes detenidos, Infobae México platicó con el periodista José Luis Montenegro para conocer lo que implican las aprehensiones en el entorno de Guzmán Salazar.
El autor del libro Los Chapitos: Radiografía criminal de los herederos del Cártel de Sinaloa, indicó que ve dos escenarios, uno sería debilitar a Iván Archivaldo.
“Hostigarlo de alguna manera para que él vaya cediendo ante las presiones del gobierno de México o del gobierno de Estados Unidos”, explicó.
Otra de las implicaciones, dijo Montenegro, es que el gobierno de México pueda mantener el discurso de que se está combatiendo al crimen organizado sin importar facciones.
“Aunque también la implicación de estas detenciones habla de que probablemente al interior del Cártel de Sinaloa esté habiendo muchas traiciones por el miedo a la aprehensión”.
El periodista aseguró que fuentes dentro de la estructura criminal le comentan que el propio Iván Archivaldo estaría entregando a algunos de sus más allegados por temor a que lo traicionen.
Montenegro no descartó que este hostigamiento contra el hijo de El Chapo Guzmán sea para capturarlo o para que se pueda negociar las condiciones que habrá ahora en adelante por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Explicó que Iván Archivaldo, y de acuerdo con sus fuentes, tiene un estrés constante.
“Es un hombre con un nivel alto de ansiedad. No puede dormir. Se la pasa de un lado a otro viajando, tratando de esconderse y simplemente pues con su sombra, Eric Bastidas, El 09″.
Indicó que Salazar Guzmán se pone en contacto con dos de sus personas más cercanas, su hermano Jesús Alfredo y Abdiel Guzmán Araujo, hijo de Aureliano Guzmán Loera, el hermano del Chapo Guzmán.
