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Aunque el uso del maquillaje se remonta a la prehistoria y se considera que su florecimiento surgió en el antiguo Egipto, donde tenía una dimensión sagrada y tanto hombres como mujeres usaban cosméticos, con el paso del tiempo se dieron cambios en la percepción social y personal, lo que ha llevado a un número creciente de mujeres a prescindir del maquillaje.
Según investigaciones citadas por la doctora Tara Well, profesora del departamento de psicología en el Barnard College de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, esta tendencia refleja una mayor comodidad con la propia apariencia y un rechazo a los estándares tradicionales de belleza.
De acuerdo con estudios recientes, el uso de cosméticos no sólo afecta la percepción externa, sino que también está vinculado a distintos factores psicológicos como puede ser la ansiedad o el conformismo.
La psicología detrás de no maquillarse
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La investigación de la doctora Well apunta a que las mujeres que eligen no maquillarse están desafiando normas culturales que han estado presentes durante siglos, pues históricamente, los cosméticos han sido utilizados para cumplir con ideales de belleza que asocian ciertos rasgos físicos con juventud, salud y atractivo.
Sin embargo, esta práctica también ha sido objeto de análisis desde una perspectiva evolutiva, ya que los atributos que se consideran “bellos” suelen estar relacionados con señales de aptitud reproductiva, razón por la que se considera que el maquillaje ha servido como una herramienta para resaltar características como labios rojos, piel uniforme y ojos llamativos, que culturalmente se perciben como deseables.
Otro aspecto clave detrás de esta tendencia es la comodidad, pues para muchas personas el proceso de aplicar y mantener el maquillaje puede resultar tedioso o innecesario, por lo que lucir un rostro al natural se asocia con un estilo de vida más relajado y práctico.
Entre las razones por las que las personas dejan de lado el maquillaje también figura la salud de la piel, ya que algunos productos cosméticos contienen ingredientes que pueden causar irritaciones o problemas cutáneos. Esta preocupación por la salud no sólo se limita a evitar posibles daños, sino que también fomenta una mayor conciencia sobre los ingredientes de los productos que se aplican en el rostro.
Por otro lado, el movimiento hacia el “look sin maquillaje” refleja un cambio en las prioridades personales y sociales. Este enfoque promueve la aceptación de la imagen propia y desafía la idea de que el valor de una mujer está ligado a su apariencia física. En este sentido, la doctora Well destacó que esta tendencia podría estar relacionada con un mayor empoderamiento y autoconfianza entre las mujeres.
Por esta razón es que el creciente interés en el “look sin maquillaje” sugiere que los estándares están siendo cuestionados, pues según explicó la doctora Well, este cambio cultural podría estar influenciado por una mayor conciencia sobre los efectos psicológicos del maquillaje y por un deseo de autenticidad en la forma en que las personas se presentan al mundo.
Este acto consciente se convierte en una expresión de libertad e individualidad, permitiendo a las personas destacar por quiénes son realmente, más allá de su apariencia física. Esta decisión también fomenta una conversación más amplia sobre la diversidad y la aceptación, pues al rechazar los ideales de belleza convencionales, quienes eligen no maquillarse contribuyen a redefinir lo que significa ser bello.
En última instancia, la decisión de usar o no maquillaje es profundamente personal y está influenciada por una variedad de factores, incluidos los valores individuales, las experiencias personales y las expectativas sociales. Sin embargo, el auge del rostro al natural indica que cada vez más mujeres están optando por priorizar su bienestar emocional y su comodidad personal sobre las normas culturales tradicionales.
Un cambio en la percepción de la belleza
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Según un estudio titulado Cosméticos influyen más que el atractivo facial de las mujeres caucásicas, publicado en la Revista de Psicología Social Aplicada, el maquillaje puede alterar la forma en que las mujeres son percibidas por los demás.
En este experimento, tanto hombres como mujeres evaluaron fotografías de mujeres con y sin maquillaje. Los resultados mostraron que las mujeres maquilladas eran vistas como más saludables y seguras en comparación con aquellas que no llevaban cosméticos. Además, se les atribuía un mayor potencial de ingresos y se las asociaba con puestos de trabajo más prestigiosos.
Estos hallazgos subrayaron cómo el maquillaje modifica la apariencia física y las impresiones sociales y profesionales que se tienen de una persona. Sin embargo, según explicó la doctora Well, este tipo de percepciones puede generar presión en las mujeres para cumplir con expectativas externas, lo que a su vez podría contribuir a sentimientos de ansiedad y timidez, razón por la que algunas decidieron dejar de maquillarse.