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Un mexicano de 30 años de edad fue sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos (EEUU), debido al liderazgo que desempeñó en una agrupación dedicada al tráfico de drogas que tenía nexos con una organización delictiva de México.
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), informó que José Ramón Castillo López, mejor conocido como “Pepo”, operaba desde una cárcel del condado de Gaines, en Texas. Pese a estar tras las rejas, el mexicano seguía coordinando actos de distribución de droga.
Mediante una revisión a las llamadas telefónicas que Pepo realizaba en la cárcel, agentes de la DEA tuvieron conocimiento de sus actividades criminales. Según los reportes, dicho sujeto “era el líder de una organización de tráfico de drogas con sede en Estados Unidos y que trabajaba directamente con su homólogo del lado mexicano”.
Aunque no se mencionó con qué agrupación estaba ligado, se indicó que Pepo es originario de Namiquipa, Chihuahua, donde se tiene una fuerte presencia del Cártel de Juárez y el Cártel de Sinaloa. Dentro de su red criminal también se encontraba su novia y su hermano, identificados como Myra Méndez y Aaron Méndez.
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Los documentos judiciales señalan que la función del Pepo era la distribución de droga. Cada mes, solía repartir entre 45 y 130 kilogramos de metanfetamina, así como más de 20 de cocaína y cientos de pastillas de fentanilo, marcadas con la leyenda M30.
Aunado a ello, Pepo notificaba a su contraparte mexicana la cantidad y el tipo de narcóticos que se necesitaban para su respectiva distribución en territorio estadounidense. Además, se encargaba de recolectar las ganancias obtenidas y de supervisar la comercialización de la droga en Midland, San Antonio, Amarillo, San Angelo y todo el estado de Mississippi.
Si bien el mexicano logró operar así durante varios años, su arresto se derivó de un incidente de tránsito ocurrido el 1 de octubre de 2022, cuando cometió una infracción en Seminole, Texas.
En aquella ocasión, Pepo disparó contra un policía de dicha localidad cuando se acercaba a su vehículo para revisarlo. El oficial, en respuesta, respondió a las detonaciones con su arma de fuego, lo que obligó al mexicano a huir a pie, no sin antes dejar una pistola semiautomática de 9 mm en el suelo.
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El oficial agredido solicitó ayuda por frecuencia de radio y, gracias a la descripción que brindó a sus compañeros, Pepo fue detenido a pocas calles de distancia. El 19 de octubre de 2023, el chihuahuense fue sentenciado a 180 meses de prisión federal, según informó en su momento la fiscal federal para el Distrito Norte de Texas, Leigha Simonton.
Pese a estar en prisión, Pepo continuó con sus actos delictivos. Respecto a su implicación en la distribución de drogas, el 23 de septiembre de 2024 se declaró culpable de conspiración para poseer 50 gramos o más de metanfetamina, así como 5 kilogramos de cocaína.
Tras su sentencia, el agente especial de la División de El Paso de la DEA, Towanda R. Thorne-James, indicó que Pepo tendrá el resto de su vida para “reflexionar” sobre las decisiones que tomó y las consecuencias que tuvo en la vida de los texanos y los habitantes de Mississippi.