Valentina Gilabert, una joven que sufrió un ataque con arma blanca que la dejó en estado crítico, ha despertado recientemente de un coma inducido, según informó su familia. El incidente, que ha conmocionado a la comunidad, habría sido motivado por celos, de acuerdo con los detalles proporcionados. La agresión, presuntamente perpetrada por Marianne “N”, se habría desencadenado debido a la relación que Gilabert mantenía con el padre de la hija de la acusada.
El ataque fue llevado a cabo con extrema violencia, dejando a Valentina con heridas graves en diversas partes del cuerpo, incluidas las manos y los pulmones. Estas lesiones han requerido múltiples cirugías reconstructivas y tratamientos intensivos. La joven permanece hospitalizada, y su estado de salud sigue siendo delicado.
Recientemente, el representante legal de la víctima tuvo un entrevista con la periodista Shanik Berman donde reveló que Valentina Gilabert ya está enterada de lo que pasó, aunque le han dado la información a cuentagotas debido al estado de shock y ansiedad en el que se encuentra. Así lo explicó:
“Continúa en terapia intensiva, pero se le ha ido retirando la situación. Estamos esperando a que ella esté en condiciones para platicar más a fondo, pero lo que te puedo decir es que sabe lo que está pasando”.
Mariane “N”, la agresora, podría pasar pocos años en prisión pese a casi asesinar a su víctima
Tras ser detenida por las autoridades capitalinas, Mariane N fue recluida y enfrenta un proceso por lesiones calificadas. Cabe mencionar, que al momento del ataque, la influencer era menor de edad, por lo que será juzgada como adolescente.
En México, los menores de edad no son juzgados bajo las mismas leyes que los adultos. El tratamiento penal para personas menores de 18 años se rige por la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes. Esta normativa establece un enfoque centrado en la reinserción social, evitando castigos excesivos y garantizando derechos fundamentales.
La ley establece que los adolescentes de 12 a 18 años que cometan delitos pueden ser sujetos a medidas sancionadoras.
En el caso de los adolescentes entre 14 y 18 años, sí pueden ser privados de la libertad, pero con límites establecidos. La pena máxima para un menor de edad en un centro especializado no puede exceder los 5 años, incluso para delitos graves como homicidio o secuestro.
Estas medidas buscan enfocarse en la rehabilitación y no en el castigo. Además, los procesos penales para menores deben ser acordes a su edad, necesidades y su derecho a la asistencia psicológica y jurídica durante todo el procedimiento.
