A lo largo de la historia, los pendientes han trascendido a través del tiempo y las culturas, cargados de significados y connotaciones que varían según la época. Desde las cortes de la antigua Persia hasta el esplendor del Egipto faraónico y los audaces piratas del Caribe, estos accesorios se han erigido como símbolos de estatus, identidad y pertenencia.
Con el paso de los siglos, se transformaron en un accesorio de moda atemporal, manteniendo su poder de expresión en la imagen masculina. Desde los diseños clásicos hasta los innovadores piercings, estos accesorios siguen siendo altamente demandados, tal es su popularidad que podemos verlos en personalidades del entretenimiento y el deporte como Bad Bunny, Johnny Depp y Lewis Hamilton, quienes los portan como una extensión visual de su imagen.
Más allá de su función decorativa, estos adornos permiten a las personas expresar su individualidad y destacar su estilo único, adaptándose a diferentes gustos y personalidad. Pero, ¿Qué significan realmente estos accesorios más allá de su apariencia?
Los pendientes y el psicoanálisis
Desde una perspectiva psicológica, los hombres que optan por llevar pendientes lo hacen como una forma de afirmar su identidad y diferenciarse. Aunque algunos aún asocian esta práctica con la feminidad, para muchos representa un acto de autodefinición, desafiando las expectativas tradicionales de género.
El uso de pendientes también puede interpretarse como una expresión de autonomía y una forma de destacar dentro de ciertos círculos sociales. Más allá de ser una mera elección estética, es una manera de rebelarse contra las normas establecidas y de proyectar una imagen de confianza y originalidad que va más allá de los estereotipos convencionales.
Algunos hombres optan por usar piercings simplemente por el placer de adornar su cuerpo, buscando resaltar su apariencia y sentirse más atractivos. Para ellos, estos adornos no solo tienen un propósito decorativo, sino que también representan una forma de mejorar su imagen personal y aumentar su confianza.
Aspectos negativos de los pendientes
Un estudio de la revista Metaphora del Grupo de Estudios Psicoanalíticos de Guatemala explica que el piercing tiene un significado profundamente personal, donde la elección del lugar en el cuerpo no es casual.
“La elección del lugar del cuerpo donde se introducen los adornos no es casual. La perforación de zonas cubiertas por mucosas sensibles -párpados, nariz, orejas, lengua- y en bordes erógenos, como los pezones y los genitales, demuestran una localización dentro de los límites del cuerpo que permite establecer un adentro y un afuera, un tu y un no-yo”, explica el artículo de 2004.
El psicoanálisis sugiere que, en la actualidad, las personas buscan expresar sus tensiones existenciales a través de medios más simbólicos. “En un mundo cada vez más uniforme y homogéneo, el deseo de sentirse diferente a los demás adquiere nuevas dimensiones. Ante la desatención y la indiferencia de los demás, los piercings se proponen como una invitación al reconocimiento ante la mirada ajena.”
De acuerdo con el estudio, los adornos en el cuerpo no solo cumplen una función decorativa, sino que también pueden ser un intento de llenar un vacío existencial y dar significado a una experiencia de vida que de otro modo se sentiría vacía o desconectada.
Los piercings en la adolescencia
El piercing también tiene un significado particular en la adolescencia, donde se puede asociar con el deseo de desafiar las normas establecidas o de identificarse con una subcultura específica.
De acuerdo con la académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Janett Esmeralda Sosa Torralba, los piercings y tatuajes son ejemplos del enlazamiento entre lo social y lo subjetivo, que pueden proyectar apropiación y hasta permanencia.
“El cuerpo es un medio privilegiado de expresión, incluso alguna información mediática coadyuva a que se modele el cuerpo y a ajustarse a los cánones estéticos corporales establecidos, por lo que se usa la modificación de este como protesta” comentó Sosa Torralba en la conferencia “El cuerpo como medio de expresión en la adolescencia” de 2023.
Diferencias entre aretes, pendientes y piercings
De acuerdo con el sitio web de joyería artesanal, Joyas Passo, un pendiente de aro es una variante específica de arete, reconocible por su forma circular. En términos generales, los aretes son cualquier tipo de pendiente que se coloca en el lóbulo de la oreja, y pueden adoptar una variedad de diseños y estilos, como los clásicos botones, gotas, o modelos más elaborados con abalorios.
A su vez, un piercing implica perforar una parte del cuerpo, no solo la oreja, para insertar una joya. A diferencia de los aretes, que se sujetan mediante un gancho o presión, el piercing requiere un proceso de perforación con una aguja, dejando un agujero permanente en la piel donde se coloca la pieza.
Los pendientes de aro, específicamente, son una subcategoría de aretes que pueden variar en tamaño y grosor, desde modelos pequeños hasta opciones grandes que llegan hasta el hombro. La diferencia clave entre un pendiente y un piercing radica en el método de sujeción: el primero se ajusta al lóbulo de la oreja, mientras que el segundo implica una perforación directa en la piel.