El cloro, conocido químicamente como hipoclorito de sodio, es uno de los desinfectantes más utilizados en el ámbito doméstico e industrial gracias a su eficacia para eliminar microorganismos perjudiciales, sin embargo, su uso inadecuado puede traer riesgos significativos a la salud.
El hipoclorito de sodio, cuya fórmula química es NaClO, es un compuesto químico ampliamente utilizado en diversos sectores por su capacidad oxidante y antimicrobiana. Según el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), este desinfectante es uno de los más efectivos contra bacterias, hongos y virus, aunque tiene menor impacto sobre esporas bacterianas y protozoarios.
En el hogar, el cloro es comúnmente utilizado para purificar el agua, limpiar superficies, utensilios y desinfectar frutas y verduras, por ello, es fundamental conocer las dosis adecuadas para usar de manera segura, consciente y responsable este elemento que ha sido objeto de rumores y desinformación.
Cómo desinfectar frutas y verduras de manera segura
La desinfección de frutas y verduras es una práctica esencial para garantizar la inocuidad alimentaria, por lo que, de acuerdo con la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria (ACHIPIA), las cantidades de cloro y los métodos de limpieza varían según el tipo de alimento.
Para verduras de hoja o tallo, como lechuga, espinaca o apio, se recomienda eliminar las hojas externas sucias y lavarlas bajo agua corriente hoja por hoja; si no es posible realizar este procedimiento de manera individual, se debe preparar una solución desinfectante mezclando una cucharadita de hipoclorito de sodio en 3 litros de agua potable, donde la verdura se sumergirá durante al menos 2 minutos, pero no más de 5 minutos para evitar daños en su textura o sabor. Posteriormente, es fundamental enjuagarlas con abundante agua y refrigerarlas si no se consumirán de inmediato.
En el caso de frutas y verduras de cáscara blanda o sin cáscara, como fresas, frambuesas, uvas o champiñones, el procedimiento es similar. Primero, deben lavarse bajo agua corriente para eliminar la suciedad visible, luego, se sumergen en una solución de cloro con la misma proporción mencionada anteriormente durante un tiempo máximo de 5 minutos.
Por otro lado, para las verduras y frutas de cáscara dura, de acuerdo con información proporcionada por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), la solución debe prepararse con 1 cucharadita de cloro líquido (aproximadamente 5 mililitros) en 1 litro de agua potable.
Es importante destacar que, en este procedimiento, debe evitarse el uso de productos de cloro en gel o con aromatizantes, ya que no son aptos para alimentos. Además, según la ACHIPIA, es recomendable cortar las verduras después de la desinfección para evitar que la materia orgánica del agua disminuya el efecto.
Qué cantidad de cloro desinfecta el agua para su consumo
Según el CIAD, el cloro compone el último paso en el proceso de potabilización, ya que elimina bacterias, virus y protozoos presentes en el agua. Para desinfectar agua en el hogar, el CIAD recomienda seguir un procedimiento sencillo, efectivo y seguro.
Primero, si el agua contiene partículas visibles, debe filtrarse utilizando un paño limpio o dejar sedimentar para separar las impurezas. Una vez hecho esto, se añaden 2 gotas de cloro líquido por cada litro de agua utilizando un gotero, se mezcla bien la solución y, posteriormente, se deja reposar durante 30 minutos antes de consumirla.
Este método garantiza que el agua sea segura para beber, especialmente en situaciones donde no se dispone de agua potable, sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos señala que, al hervir o desinfectar el agua, no se eliminan otros contaminantes, como los metales pesados, las sales y la mayoría de otras sustancias químicas, es decir, únicamente se deshace de los microorganismos que causan enfermedades.
Precauciones al utilizar hipoclorito de sodio
No utilizar correctamente el cloro puede conllevar serios riesgos para la salud, ya que si se emplea en exceso o de forma inapropiada, causa irritación en la piel, ojos y vías respiratorias. Además, una mala dosificación al desinfectar alimentos o agua puede dejar residuos tóxicos que resulten perjudiciales al consumirlos.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), entre estas prácticas erróneas, es común calentar el cloro con la intención de potenciar su capacidad de limpieza, lo cual, además de reducir su efectividad como desinfectante, genera vapores tóxicos que pueden dañar gravemente las vías respiratorias. Por otro lado, el OIRSA advierte sobre los riesgos de mezclar el cloro con otras sustancias químicas; por ejemplo, al combinarlo con ácidos o amoníaco, se generan gases tóxicos como el dicloro o la cloramina, que pueden ser nocivos.
Para evitar accidentes o ingesta, de acuerdo con los especialistas, el hipoclorito de sodio debe almacenarse en su envase original, a temperatura ambiente y lejos de la luz solar para mantener su estabilidad. Mientras que, una vez preparado en solución, debe utilizarse el mismo día, ya que pierde efectividad con el tiempo.
En caso de ingestión accidental de cloro, el CIAD dice que es crucial evitar inducir el vómito a menos que un profesional médico lo indique, en su lugar, se debe enjuagar la boca con abundante agua, pero evitando tragarla. Si la persona está consciente, hay que administrarle pequeños sorbos de agua o leche para diluir el cloro en el sistema digestivo. Asimismo, es importante no suministrar medicamentos sin la indicación de un médico, por lo que, ante cualquier signo de intoxicación, se debe consultar inmediatamente a un centro de salud o llamar a emergencias para recibir atención urgente.