El aceite de oliva es uno de los ingredientes más utilizados en la cocina por su versatilidad y beneficios para la salud. Existen diferentes variedades de aceite de oliva en el mercado, cada una con características específicas que lo hacen más adecuado para ciertos usos culinarios.
Por lo que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) llevó a cabo un análisis exhaustivo sobre la calidad de los aceites de oliva disponibles en el mercado mexicano. El estudio, realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor (LNCP), evaluó 45 productos clasificados en distintas categorías: aceite de oliva extra virgen, virgen, orujo de oliva y mezclas refinadas.
El objetivo fue verificar su calidad y autenticidad, así como otros atributos que garanticen al consumidor un producto que cumpla con lo que promete.
El aceite de oliva extra virgen destacó como el de mayor calidad debido a su proceso de extracción mecánica en frío, sin refinamiento químico. Este tipo debe presentar una acidez no mayor a 0.8 g por 100 g, un índice de peróxidos bajo (indicador de frescura) y cumplir con parámetros específicos como el índice de refracción y densidad relativa, que miden su autenticidad.
En general, todos los productos pasaron las pruebas de autenticidad. Sin embargo, algunos no cumplieron con parámetros relacionados a su posible deterioro o tendencia a volverse rancios. Por ejemplo, los aceites “El Olivo Extra Virgen”, “Golden Hills Extra Virgen” y “Olivo del Cielo Extra Virgen Arbequina” mostraron niveles elevados en estos indicadores, lo que puede deberse a malas condiciones de almacenamiento.
Por otro lado, sobresalen muchas marcas que ofrecen productos de alta calidad. Entre los aceites extra virgen recomendados están:
- Carbonell Extra Virgen (94 pesos)
- Great Value Extra Virgen (76 pesos)
- Filippo Berio Extra Virgen (114 pesos)
- Bertolli Extra Virgen (98 pesos)
Estas marcas destacaron por cumplir con los parámetros de calidad establecidos, presentando baja acidez, excelente frescura y valores dentro de los rangos normativos.
En cuanto a los aceites de oliva refinados, si bien pasan por procesos químicos, siguen siendo opciones válidas. No obstante, estos suelen recomendarse menos que los extra virgen por motivos de sabor y beneficios nutricionales.
Además, la Profeco evaluó precios, señalando que algunos aceites como el Great Value Extra Virgen representan una buena relación calidad-precio, siendo accesibles para más consumidores.
El estudio también dio recomendaciones de conservación del aceite: mantenerlo en un lugar fresco y oscuro, evitar mezclarlo con otros aceites y desechar después de su uso en frituras.
Finalmente la Profeco exhortó a los consumidores a seleccionar productos acorde a sus necesidades y presupuesto, siempre revisando la información del etiquetado. Este análisis permite tomar decisiones informadas, apostando por la calidad, frescura y autenticidad.