La creciente violencia en Sinaloa ha alcanzado a los cuerpos de emergencia, luego de que paramédicos de la Cruz Roja en Culiacán fueron agredidos la madrugada del viernes. Tras los hechos los socorristas anunciaron la suspensión temporal de sus actividades por motivos de seguridad.
De acuerdo con los reportes, un hombre y una mujer voluntarios de la Cruz Roja se dirigían a atender una emergencia en la colonia Lombardo Toledano cuando fueron interceptados por un grupo de individuos armados quienes bajo amenazas los obligaron a descender de la ambulancia; en el ataque, la paramédica recibió un golpe en la cabeza, presuntamente con la culata de un arma, mientras que su compañero fue atado y golpeado.
Tras algunos minutos de tensión, los atacantes liberaron a los socorristas, quienes solicitaron apoyo de las autoridades para ser escoltados hasta la base de la institución. Una vez en el lugar, recibieron atención médica y se reportaron estables. A raíz de esta agresión, los paramédicos anunciaron un paro indefinido de actividades, argumentando que su seguridad y la de los pacientes están en riesgo.
En un comunicado, aclararon que esta decisión fue tomada por el grupo de voluntarios y no por la institución a nivel nacional. Asimismo, convocaron a una marcha pacífica éste domingo 2 de febrero a las 10 horas en la Catedral de Culiacán, con el objetivo de exigir el cese de la violencia en la región y mayores garantías de seguridad para los cuerpos de emergencia.
Hasta el momento, la Cruz Roja Mexicana no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los hechos ni sobre la suspensión de actividades de los paramédicos voluntarios en Culiacán.
Este incidente ha generado una ola de indignación en redes sociales, donde ciudadanos y organizaciones han condenado la violencia que afecta a los trabajadores de emergencias y a la población en general. Situación que ha elevado el reclamo y la exigencia hacia las autoridades para que garanticen la seguridad y castiguen a los incitadores de violencia.
El ataque contra los paramédicos es el cuarto registrado en lo que va del año. La violencia en la región se ha agravado desde el 9 de septiembre pasado, cuando se intensificó el conflicto armado entre las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayos”, del Cártel de Sinaloa, enfrentamientos que han elevado los homicidios, desapariciones y ataques armados y puesto en jaque la seguridad de la población y de quienes trabajan en el auxilio médico.