En 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el medicamento inyectable para el tratamiento de la diabetes. Posteriormente, en 2021, la agencia aprobó una versión con una dosis más alta del ingrediente activo en Ozempic, la semaglutida, bajo el nombre de Wegovy para el tratamiento de la obesidad.
La creciente popularidad de Ozempic, especialmente entre celebridades, ha llamado la atención de medios como The New York Times, que lo calificó como “un magnate de la tecnología e influencers de TikTok”, destacándolo como una herramienta eficaz para la pérdida de peso. Ante el aumento de la demanda y los posibles efectos secundarios, se están buscando alternativas naturales.
En respuesta a esta situación, la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Valencia, a través de su departamento de Ciencias Biomédicas Básicas, firmó un acuerdo con el laboratorio español IVB Wellness Lab, dirigido por la doctora Isabel Viña Bas. Juntos han lanzado un ensayo clínico para evaluar los efectos de un suplemento a base de azafrán y otros compuestos, cuyo objetivo es combatir los antojos dulces y mejorar la saciedad, según informó la institución académica en un comunicado.
¿El azafrán es el nuevo Ozempic?
El ensayo clínico, liderado por José Enrique de la Rubia Ortí, vicedecano de Nutrición Humana y Dietética, dará inicio este mes de enero de 2025 y se centrará en evaluar la capacidad del suplemento SatiSens para combatir el hambre emocional y reducir la ansiedad por comer, especialmente los antojos de dulces.
Además, empleará el Emotional Eating Questionnaire (EEQ) para medir los efectos del suplemento en tres momentos clave. al inicio, a las seis semanas y al final del estudio. Se evaluarán resultados secundarios, como la pérdida de peso y la mejora en el control del apetito por alimentos dulces, utilizando la Power of Food Scale (PFS) enfocada en dulces.
En el ensayo participarán entre 80 y 100 hombres y mujeres de entre 18 y 65 años, incluyendo aquellos que estén en tratamiento con antidepresivos y antipsicóticos, un grupo especialmente propenso a experimentar un aumento del apetito.
Este será el primer ensayo clínico realizado en colaboración por ambas instituciones, contará con la participación de las profesoras asociadas de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud María Benlloch y Ana Belén Carriquí como investigadoras. La coordinación estará a cargo de Gonzalo Mariscal, médico y Head of Science and Data en Omedics, y de Isabel Viña Bas, directora médico-científica de IVB Wellness Lab.
Durante 12 semanas, los participantes serán divididos en dos grupos principales: el primero tomará diariamente dos cápsulas de SatiSens, un suplemento compuesto por extracto de azafrán, Metabolaid y galactomananos, mientras que el segundo recibirá un placebo.
¿Cuáles son las propiedades del azafrán?
El azafrán proviene de los tres estigmas secos del pistilo de la flor Crocus sativus, lo que le confiere un contenido bajo de agua y una alta concentración de nutrientes. Entre estos, destaca su aporte de hidratos de carbono complejos y proteínas, que alcanzan los 11 gramos por cada 100 gramos. Además, posee una cantidad mínima de grasas, principalmente monoinsaturadas y poliinsaturadas, lo que lo convierte en una fuente saludable de lípidos.
Este condimento es una excelente fuente de carotenos y vitamina A, los cuales le otorgan su característico color naranja rojizo. Sus propiedades antioxidantes se deben, en gran parte, a los flavonoides presentes en su composición, como se demostró el estudio “Flavonoles de la flor del azafrán: actividad inhibidora de la tirosinasa y mecanismo de inhibición” de la Universidad de California. Además, aporta fibra y una variedad de micronutrientes, entre los que destacan el potasio, magnesio, calcio, fósforo, y también vitamina C y vitaminas del grupo B.
Además de sus beneficios antioxidantes, el azafrán posee compuestos que le otorgan propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Un estudio realizado en el Instituto de Investigación Bu-Ali, en Irán, reveló que el azafrán tiene la capacidad de inducir la muerte celular en células malignas humanas, lo que lo convierte en un componente prometedor en investigaciones sobre el cáncer.