¿Es cierto que cuando una persona muere le sigue creciendo el cabello y las uñas?

¿Cuántas veces no se ha escuchado decir a alguien que, tras la muerte de una personas, el pelo y las uñas siguen creciendo? Algo que parece aterrador y misterioso, pues suena increíble que, luego de que el cuerpo deja de funcionar, el corazón se detiene, la sangre se enfría y deja de correr por el cuerpo y las extremidades se ponen rígidas, el cuerpo siga produciendo cabello y uñas.

Sin embargo, ¿Qué tan cierta es esta afirmación?

La verdad es que es algo totalmente falso, pues se trata solamente de una ilusión óptica y esto tiene una extensa explicación.

Hay que empezar por saber que no todas las células del cuerpo mueren al mismo tiempo. Cuando el corazón deja de latir, se corta el suministro de oxígeno al cerebro.

Sin glucosa, las células nerviosas mueren de tres a siete minutos más tarde. Si los órganos del cadáver serán donados, los cirujanos deben remover los riñones, hígado y corazón del donante antes de que pasen 30 minutos del deceso, y deberán dárselos a los receptores durante las próximas seis horas.

Pero las células cutáneas viven más tiempo, pues se pueden tomar injertos hasta 12 horas después de la muerte.

En el caso de las uñas, para que crezcan, debería de haber una producción de nuevas células, lo que no puede suceder sin glucosa. Las uñas, en promedio, crecen 0,1 milímetro al día, pero esa tasa disminuye a medida que se envejece.

Una capa del tejido que se encuentra debajo de la base de la uña, la matriz, produce la gran mayoría de las células que forman la parte más nueva de la uña. Esas nuevas células empujan a las viejas hacia adelante. Pero cuando una persona muere, se suspende el suministro de la glucosa y, por lo tanto, el crecimiento de las uñas.

Algo parecido ocurre con el pelo, pues cada hebra del cabello nace de un folículo que determina su crecimiento. En la base de este folículo está la matriz, un grupo de células que se dividen para crear nuevas. Lo hace con rapidez, pero únicamente cuando reciben energía, y eso es resultado de la combustión de glucosa, misma que requiere la presencia del oxígeno.

Cuando el corazón deja de suministrar oxígeno al cuerpo, la energía se agota y cesa la división de células que hace que el pelo crezca.

Así que, es falso que las uñas sigan creciendo luego de que una persona muere. Lo que sucede, es que la piel que las rodea se retrae, a medida que se deshidrata, haciéndolas pareces más largas.

Cuando un cuerpo es preparado, los encargados de las funerarias a veces humectan las puntas de los dedos para contrarrestar este efecto.

Con la contracción de la piel, también se provoca que el pelo sobresalga más del cuero cabelludo, lo que puede dar la impresión de que ha crecido.