La Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas realizó el desmantelamiento de un sistema de videovigilancia no autorizado en el municipio de Tonalá, mismo que, se presume, era utilizado por un grupo delincuencial para cometer ilícitos.
De acuerdo con lo informado, el operativo se llevó a cabo con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP) y la Policía Municipal, quienes en total deshabilitaron 26 cámaras de vigilancia.
Los dispositivos, localizados en postes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Teléfonos de México (Telmex) y de alumbrado público, se encontraban en: 11 en Paredón, tres en Boca del Cielo, dos en Cabeza de Toro y 10 en Puerto Arista/Playa del Sol.
“Los objetos asegurados fueron puestos a disposición del Fiscal del Ministerio Público, para que sea quien determine lo conducente”, informó la dependencia estatal.
Esta no es la primera vez que la FGE de Chiapas localiza sistemas de vigilancia ilícitos. Tal y como Infobae México informó, el pasado 6 de enero se concretó el aseguramiento de 30 cámaras de seguridad en los municipios de Frontera Hidalgo y Suchiate.
Los informes indican que los dispositivos fueron instalados en postes parecidos a los del Escudo Urbano C5, mediante los que se atienden llamadas al 911. La autoridad presume que su uso era para el delito de extorsión y secuestro de migrantes, principalmente.
“El despliegue operativo se derivó de una denuncia, en la que se informó sobre una célula de la delincuencia organizada que con ayuda de cámaras de video vigilancia instaladas en la vía pública secuestraban y extorsionaban a personas migrantes en los municipios de Frontera Hidalgo, Metapa de Domínguez y Suchiate”, detalló la dependencia.
Medios locales refieren que otros sistemas de videovigilancia ilegales han sido detectados en los municipios de Mapastepec, San Fernando, Emiliano Zapata y Acala.
Otros usos
Los grupos criminales instalan sistemas de videovigilancia por varias razones estratégicas. En primer lugar, estos dispositivos les permiten monitorear movimientos de autoridades y rivales en tiempo real, anticipándose a operativos y ataques. Además, refuerzan el control territorial, vigilando entradas y salidas de zonas clave bajo su dominio.
También sirven como herramienta de intimidación para la población, evidenciando su poder y capacidad de vigilar a quienes transitan por sus áreas de influencia. Es importante destacar que estos sistemas usualmente se integran con tecnología avanzada que facilita la comunicación y coordinación entre los grupos, maximizando su eficiencia logística.