Ante la llegada de la próxima ola de calor a México, la cual podría traer temperaturas extremas en varias regiones del país, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advirtió que durante este fenómeno se esperan temperaturas superiores a los 45°C (104°F) en estados como Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, entre otros.
Este fenómeno, que ha aumentado en intensidad y frecuencia debido al cambio climático, y representa riesgos significativos para la salud, principalmente para poblaciones vulnerables como niños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y trabajadores expuestos al sol.
El golpe de calor es uno de los principales riesgos asociados al calor extremo. Este ocurre cuando el cuerpo es incapaz de regular su temperatura interna, que puede alcanzar niveles peligrosos superiores a los 39°C (102°F).
Los síntomas incluyen piel caliente y seca, confusión, mareos, dolor de cabeza, náuseas y pérdida de conciencia. Si no se atiende de inmediato, puede provocar daños en órganos vitales e incluso la muerte.
Otro problema frecuente es la deshidratación, que ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que consume. En situaciones de máximo calor, esta condición puede agravarse rápidamente mientras provoca fatiga, calambres musculares y alteraciones en el funcionamiento del corazón.
Por otra parte, los problemas intestinales también pueden ser un reto en temporada de calor extrema, ya que muchos alimentos adelantan su periodo de putrefacción y, al ser consumidos por descuido, podrían afectar al estómago.
El calor también agrava problemas respiratorios y cardiovasculares, especialmente en quienes padecen enfermedades como hipertensión o asma. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las olas de calor están relacionadas con un aumento de hospitalizaciones y mortalidad, particularmente en ciudades con alta densidad poblacional y poca vegetación, donde el fenómeno de la isla de calor urbana intensifica las temperaturas.
Además, el calor extremo puede tener consecuencias indirectas, como el aumento en la incidencia de incendios forestales, cortes de energía eléctrica y problemas de acceso al agua potable. Estas situaciones afectan la calidad de vida y exponen a comunidades enteras a riesgos adicionales.
¿Cómo protegerse ante el calor extremo?
Para minimizar los riesgos, los expertos recomiendan:
- Hidratación constante, bebiendo al menos dos litros de agua al día.
- Evitar la exposición al sol, en especial entre las 11:00 y 16:00 horas.
- Usar ropa ligera, de colores claros, así como protector solar y sombreros.
- Permanecer en lugares frescos o con ventilación adecuada.
- Estar atentos a síntomas como mareos, fatiga extrema o náuseas, y buscar ayuda médica en caso de malestar.
Finalmente, se aconseja mantenerse informado a través de los reportes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y seguir las indicaciones de las autoridades de protección civil para enfrentar de manera segura los efectos del calor extremo.