Al caminar por las calles del país, caminar por las banquetas es visto como algo raro, cuando se supone que debería ser lo más lógico. No obstante, una vez más el México Mágico nos da cuenta de una realidad que ya se normalizó, que nos sorprende con la creatividad, el descuido y el agandalle de muchos.
Ya sea que algunos las convierten en extensión de su hogar; que la usen como parte de la infraestructura de su negocio; otras por tener deterioro por años, décadas y están a la espera de que alguien lo haga; aquellos que compraron un automóvil enorme respecto al tamaño del garage e innovan en el diseño de un nuevo zaguán invadiendo el paso peatonal.
O los que bajo el pretexto religioso construyen altares; e incluso los gobiernos al construir estrechas banquetas en las que no cabe ni siquiera una persona, sin pensar que todo ello suma y exponer a los peatones quienes no tienen de otra más que caminar por el asfalto a riesgo de ser atropellados.
¿Qué dice la ley?
Por increíble que parezca a algunos, las banquetas no son un ornamento urbano, su propósito elemental es proveer un espacio seguro para que los peatones se desplacen por las calles sin compartir vía con los vehículos, propiciando con ello la reducción de accidentes y la movilidad sostenible.
De igual forma, son indispensables para garantizar la accesibilidad universal, permitiendo que personas con discapacidades, niños y adultos mayores se desplacen con autonomía.
Cabe decir que estas, aunque estén frente a tu propiedad, no son consideradas una extensión de la misma y forman parte del dominio público, lo que implica que están bajo la jurisdicción del gobierno local, es su obligación garantizar que sean seguras y accesibles.
De igual forma, los propietarios de las casas tienen cierta responsabilidad y deben cumplir con normativas específicas, según sea el caso, pero principalmente son:
- Mantenimiento obligatorio. Los propietarios deben mantener las banquetas en buen estado: reparar cualquier daño, evitar el deterioro y mantenerlas libres de basura o escombros.
- Permisos para modificaciones. En caso de querer instalar rampas o elementos decorativos, es necesario solicitar un permiso ante las autoridades, el cual se otorgará siempre y cuando respeten las normas de accesibilidad y no obstruyan el tránsito peatonal.
- Uso apropiado del espacio. Están destinadas al libre paso de los peatones, por lo que obstruirlas con macetas, muebles, letreros o incluso vehículos sin previa autorización puede derivar en sanciones o multas.
Actualmente, en gran parte del país puede observarse la proliferación de construcciones, deterioro e irregularidades, sin que las autoridades correspondientes intervengan o exhorten a la población a no hacerlo. Claro está, es un tema cultura y respeto por los demás, algo que muchos simplemente ignoran.