Por sexto año consecutivo, Cartoon Madness, en colaboración con GAMA Crea, presenta su festival de arte Cartoon Sadness, un encuentro perfecto para aquellos con el corazón herido. Este 2025, la cita será los días 14, 15 y 16 de febrero en Fresno 268, en Santa María la Ribera, Ciudad de México.
El Día de San Valentín es una ocasión única para celebrar el amor en todas sus formas, ya sea un amor romántico que enciende los corazones o el amor platónico que une a amigos y seres queridos, este día invita a reflexionar sobre la importancia de las relaciones y la conexión emocional, sin embargo, también puede ser una fecha difícil para quienes experimentan el desamor, esa sensación amarga que llega cuando los sentimientos ya no son correspondidos o cuando una relación se ha roto.
En esta ocasión, diversos artistas alternativos se reunirán para ofrecer una serie de obras que fusionan el espíritu de los programas animados más icónicos con la tragedia del amor romántico. De este modo, Cartoon Sadness se convertirá en el lugar de encuentro para quienes desean celebrar el Día de San Valentín a su propia manera, perfecto para corazones rotos, almas melancólicas y parejas que buscan algo más allá de lo convencional en los festejos románticos.
Cabe destacar que, de igual manera, el evento está pensado como un homenaje a esos personajes que marcaron nuestras vidas, tanto en momentos felices como en los difíciles, por lo que el festival integrará la melancolía del amor con la inspiración y alegría de la infancia.
Entre las actividades que se llevarán a cabo además de la exposición colectiva, el evento ofrecerá un bazar “triste”, sesiones de dibujo, terapia grupal de desamor, una ruleta de premios y una sesión de karaoke “despechado”.
El horario del festival será de 06:00 a 08:00 p.m. el 14 de febrero, mientras que el 15 y 16 abrirá sus puertas en un horario más extenso, que abarcará desde las 12:00 del mediodía hasta las 08:00 p.m.
Qué es Cartoon Madness
Cartoon Madness nació de la mano de GAMA Crea, un estudio de gestión cultural autogestivo especializado en ilustración y Street Art (arte urbano) ubicado en la colonia Condesa. Esta exposición gráfica es un homenaje a las caricaturas que marcaron la infancia de los mexicanos y ayudaron a forjar una imaginación única, llena de colores y fantasía.
El resultado es una mezcla fascinante de nostalgia y creatividad contemporánea, utilizando el lowbrow o surrealismo pop como eje estético. Esta corriente, conocida por su enfoque en lo popular y lo marginal, permite a los artistas explorar temas de cultura pop, ironía y crítica social.
Qué es el Surrealismo Pop
El lowbrow, también conocido como surrealismo pop, se ha consolidado como una de las corrientes artísticas más provocadoras y críticas de las últimas décadas. Según el sitio web de Imborrable, un estudio creativo de expertos en diseño gráfico con sede en Madrid, este movimiento artístico, que surgió en los años 70 en California, se caracteriza por su estilo grotesco, irónico y popular, alejándose deliberadamente de los estándares del arte académico tradicional. Su nombre, que puede traducirse como “arte bajo”, refleja la percepción despectiva que inicialmente se tuvo de esta corriente, al no considerarse parte de las bellas artes.
De acuerdo con Imborrable, el lowbrow encuentra su inspiración en una amplia variedad de elementos de la cultura popular, como la televisión, el cine, el circo, las tribus urbanas, la ciencia ficción, la psicodelia, el grafiti y la estética kitsch.
El movimiento tuvo como principales precursores a Robert Williams y Gary Panter, cuyas obras comenzaron a exhibirse en galerías de arte en ciudades como Nueva York y Los Ángeles. Según Imborrable, estos artistas sentaron las bases de un estilo que, aunque inicialmente marginal, logró abrirse paso en el mundo del arte contemporáneo.
En los años 90, el lowbrow experimentó un auge significativo gracias a la creación de la revista Juxtapoz, fundada por Robert Williams. Este medio se convirtió en una plataforma clave para la difusión y consolidación del movimiento, permitiendo que más artistas y obras alcanzaran una mayor visibilidad. Además, la música de esa década también adoptó elementos del lowbrow, como se evidencia en las portadas de discos icónicos como One Hot Minute de Red Hot Chili Peppers.