¿Qué sucede cuando decidimos compartir nuestra historia con el mundo? Es una pregunta simple, pero su respuesta tiene el poder de cambiar realidades. Para los latinos, nuestras historias no son solo relatos de vida; son testimonios de valentía, creatividad y resiliencia. Al compartirlas, honramos nuestras raíces y abrimos un camino hacia el futuro
Como director de Familia Latina, mi sueño es empoderar a los latinos y celebrar su cultura a nivel global. Somos una marca internacional que ha logrado conectar a nuestras comunidades a través de su trabajo y con el objetivo puesto en destacar y analizar relatos que reflejan la resiliencia y el impacto del poder latino, mostrando cómo esta fuerza colectiva transforma realidades, incluso en contextos adversos.
En una era marcada por líderes que limitan la inclusión y marginan comunidades, el poder latino emerge como una voz colectiva que impulsa la equidad, defiende la diversidad y construye puentes hacia un futuro más justo y solidario. Creo firmemente que, aunque el mundo pueda pensar que ser latino es sinónimo de pocas oportunidades, ser latino significa ser valientes, y por eso honramos nuestras vivencias.
El verdadero valor del storytelling radica en su capacidad para cambiar percepciones y abrir corazones. Cuando hablamos de nuestras vivencias, construimos una narrativa que trasciende fronteras, que conecta a la comunidad latina: desde Los Ángeles hasta La Paz, desde Lima hasta Ciudad de México.
Cada relato es un testimonio de lucha y esperanza, y juntos forman un mosaico que muestra la verdadera riqueza de nuestras culturas. De ahí que nos propusimos un reto: compartir 1000 historias de empoderamiento latino. Cada día, a través de nuestra cuenta de Instagram, compartimos relatos que celebran las tradiciones, la gastronomía, las artesanías y los sueños de nuestra gente.
Contamos con historias de hispanos en Estados Unidos, bolivianos, peruanos y ahora estamos en México, capturando todo aquello que nos recuerda que nuestras raíces son la fuente de nuestra fortaleza. Hasta ahora, hemos logrado compartir el 59% de esos relatos, y cada uno de ellos lleva consigo el eco de generaciones de resiliencia y creatividad.
Una de las historias que más me nos ha encantado compartir es la de Doña Severa, quien, junto con otras mujeres oaxaqueñas, lleva más de 60 años bordando flores. Con su habilidad, convierte hilos en auténticas obras de arte, preservando una tradición ancestral que se ha transmitido a lo largo de generaciones, resaltando la riqueza cultural de Oaxaca.
El verdadero valor del storytelling es el de conectar, empoderar y transformar. El puente que construimos con nuestros relatos no solo conecta a los latinos en América Latina, sino también a quienes viven en Estados Unidos. A pesar de las distancias, compartimos sueños, desafíos y victorias. Nuestras vivencias son un recordatorio constante de que, sin importar dónde estemos, somos una comunidad unida por nuestras raíces y nuestras aspiraciones.
Hoy, te invito a ser parte de esta misión. Únete a nosotros y comparte tu historia. Queremos escuchar cómo has enfrentado tus desafíos, cómo has encontrado fuerza en tus tradiciones y cómo, con valentía, has creado tus propias oportunidades.
Ser latino no es una limitación; es una fortaleza. En América Latina, las oportunidades no se esperan, se construyen con determinación y creatividad. Y estas oportunidades tienen sus raíces en nuestras historias, en esas narrativas que definen quiénes somos.
Comparte tu experiencia y forma parte de un movimiento que está convirtiendo el orgullo latino en un motor de acción y conexión comunitaria que trasciende fronteras. Queremos que seas parte de las 1000 historias que nos recuerdan que los sueños se construyen con esfuerzo, pasión y unidad.
Instagram: @famlatina