México está experimentando un cambio en la forma de abordar el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), gracias a diversos avances médicos, campañas de concienciación y la creciente implementación de políticas públicas que promueven la prevención y el tratamiento oportuno. Esta nueva perspectiva, basada en el tratamiento como prevención, así como el respeto a los derechos humanos, ha transformado la narrativa alrededor de esta enfermedad.
De esta manera, las personas cuyo estado serológico es positivo, han podido ser candidatas a más y mejores oportunidades de atención médica, entre las que se incluyen campañas de información que, a su vez, favorecen que reduzca el miedo entre las personas.
En México, de acuerdo con datos publicados en el Informe Histórico de VIH, en el tercer trimestre de 2024 se registraron 14 mil 99 casos diagnosticados de VIH. Sin embargo, los primeros casos registrados en el país fueron a principios de la década de 1980, en donde, de acuerdo con los perfiles de las primeras personas registradas, se creó el estigma de que se trata de “una enfermedad de homosexuales”, cosa que, a pesar de los años, se ha ido deconstruyendo.
Acceso a tratamiento y avances médicos
Uno de los principales pilares de este cambio es la mejora en el acceso a tratamientos antirretrovirales, que permiten a las personas vivir con VIH de manera saludable y con una calidad de vida prácticamente igual a la de una persona sin el virus. Según la Secretaría de Salud, el uso de este tratamiento puede llevar a la persona a un estado indetectable, equivalente a intransmisible.
Además, se ha introducido el uso de la Profilaxis Preexposición (PrEP), una herramienta preventiva que reduce significativamente el riesgo de transmisión, la cual ha comenzado a implementarse en programas públicos y privados, avalados por instituciones como la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris).
En este sentido, el avance en los nuevos enfoques positivos del VIH que han hecho retroceder los prejuicios, han permitido un más alto desarrollo de políticas públicas a favor de las personas seropositivas, entre las que, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, se han podido implementar programas de diagnóstico oportuno y seguimiento del tratamiento, los cuáles ya forman parte de la agenda de organismos como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Lucha histórica contra el estigma
Un aspecto clave de esta nueva perspectiva es la lucha contra el estigma y la discriminación. A través de campañas de sensibilización, el gobierno y diversas organizaciones civiles han trabajado para reducir los prejuicios asociados al VIH,
Una de las más grandes premisas ha sido llevar a la población mexicana la idea de que las personas con el virus pueden llevar vidas plenas y activas. Estas iniciativas buscan eliminar barreras sociales y laborales que muchas veces enfrentan quienes viven con VIH.
Sin embargo, a pesar de los avances, persisten desafíos. Según datos presentados por la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis), en 2022 el 28.7 por ciento de la población mexicana mayor de 18 años está de acuerdo con el prejuicio de que es un riesgo convivir con personas que viven con VIH.
México está consolidando un enfoque integral hacia el VIH, basado en la prevención, el tratamiento universal y el respeto a los derechos humanos. Este avance refleja un cambio cultural significativo, que no solo mejora la calidad de vida de las personas con el virus, sino que también abre camino hacia una sociedad más inclusiva e informada.