Las naranjas de alta calidad tienen un lugar especial en Corea del Sur, especialmente las de la isla de Jeju. Cultivadas en un clima y suelo únicos, estas frutas son consideradas un lujo debido a su producción limitada y estacional, lo que eleva su exclusividad y precio. Sin embargo, en un sorprendente contraste cultural, un grupo de surcoreanos que visitaron México descubrieron una experiencia inesperada: el jugo de naranja fresco, accesible y delicioso.
La experiencia fue cortesía de Sol Kim, una tiktoker surcoreana que reside en la Ciudad de México. Conocida por compartir aspectos de su vida en México con sus seguidores, Sol Kim llevó a sus compatriotas a un puesto callejero a que probarán el jugo de naranja recién hecho, un manjar que en su país natal es visto como un artículo premium. “En Corea del Sur es muy cara, entonces todos mis amigos surcoreanos que vienen a México disfrutan el jugo de naranja recién hecho”, comentó la tiktoker.
La reacción de los invitados no se hizo esperar. “Es delicioso, está rico y no es tan dulce. Es jugo real de naranja y lo mejor es que no agregaron tanta azúcar”, expresó uno de los amigos de Sol Kim, destacando la frescura y el sabor natural del producto mexicano. La simplicidad y la autenticidad del jugo de naranja contrastaron con las opciones disponibles en Corea del Sur, donde el alto costo y los sabores industrializados son comunes.
Este contraste cultural también se reflejó en los comentarios de los seguidores de Sol Kim en TikTok. Algunos usuarios surcoreanos manifestaron su deseo de viajar a México para probar el famoso jugo de naranja. “En mi país, un litro de jugo de naranja puede costar 7 dólares, aproximadamente 145 pesos mexicanos”, escribió un fanático. Este precio elevado en Corea del Sur se debe a varios factores, incluyendo los altos aranceles impuestos a las frutas importadas para proteger a los agricultores locales, así como los costos de transporte, almacenamiento en frío y distribución. Además, las naranjas son consideradas un producto premium, especialmente durante festividades como el Año Nuevo Lunar.
La diferencia en el costo y la accesibilidad de las naranjas entre ambos países subraya cómo un mismo producto puede tener significados y valores completamente distintos según el contexto cultural y económico. En Corea del Sur, las naranjas de Jeju son un orgullo nacional, cultivadas en condiciones únicas y cuidadosamente empacadas para reflejar su alta calidad. Estas frutas no solo son un alimento, sino también un regalo de lujo y un símbolo de aprecio.
Por otro lado, en México, las naranjas son un producto cotidiano, ampliamente accesible y parte integral de la dieta diaria. La frescura del jugo de naranja recién exprimido es una experiencia que muchos mexicanos dan por sentada, pero que para los surcoreanos resulta una delicia inolvidable.