El error sobre los restos de un monje que se mantuvo por 50 años y que al final reveló algo inesperado

Un análisis reciente rectificó una creencia histórica de medio siglo sobre un entierro hallado debajo del recinto ubicado en Morelos, Cuernavaca

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La atribución incorrecta al fraile
La atribución incorrecta al fraile Leyva se basó en elementos históricos y arquitectónicos. (X/Secretaria de Cultura)

En 2024 se hicieron trabajos de restauración en el Palacio de Cortés en Cuernavaca, Morelos, a raíz de los desperfectos que dejó el terremoto de 2017. Como parte del proceso se realizaron estudios sobre los elementos históricos y arqueológicos del recinto.

De forma inesperada los responsables del análisis descubrieron que una de las fichas técnicas contenía información equivocada sobre la osamenta que hasta entonces se creía que pertenecía a un monje español.

La información estaba presuntamente basada en datos históricos, sin embargo, la Secretaría de Cultura de México comunicó en su momento que todo se debió a una confusión.

Un proceso de renovación profunda

Los restos hallados en Cuernavaca
Los restos hallados en Cuernavaca son de una mujer tlahuica, revela una investigación arqueológica. (X/Secretaria de Cultura)

De acuerdo con el estudio realizado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el marco de los trabajos de restauración tras el sismo de 2017, se identificó que los restos bajo el acceso principal del edificio que durante medio siglo habían sido atribuidos al fraile Juan Leyva, realmente pertenecían a una mujer indígena de origen tlahuica.

La Secretaría de Cultura en colaboración con el INAH, realizó este proyecto de restauración que culminó en la creación del actual Museo Regional de los Pueblos de Morelos y en este proceso incluyó no sólo la reparación de la estructura, sino también una revisión exhaustiva de los elementos históricos y arqueológicos del recinto, entre los que estaba el entierro del fraile español que había permanecido en exhibición durante décadas.

Los antropólogos físicos Pablo Neptalí Monterroso Rivas e Isabel Bertha Garza Gómez del Centro INAH Morelos, fueron los encargados de realizar el análisis de los restos óseos. Según detalló la Secretaría de Cultura, la investigación incluyó una evaluación del estado de conservación de la osamenta y un estudio histórico para determinar su origen.

A partir de este trabajo, fue posible rectificar la información que durante años había sido presentada al público en la cédula explicativa de la ventana arqueológica. La creencia de que los restos pertenecían al monje Juan Leyva se basaba en varios elementos históricos y arquitectónicos.

Según las fuentes consultadas por los investigadores, Leyva habría servido a Juana de Zúñiga y Arellano, marquesa y esposa de Hernán Cortés, quien residió en el palacio. Además, la ubicación del entierro coincide con las descripciones históricas del lugar donde supuestamente fue inhumado el fraile.

Otro factor que contribuyó a esta atribución fue la presencia de una mujer decorada con una flor de cuatro pétalos, un símbolo asociado con la última etapa constructiva del edificio en el siglo XVI. Sin embargo, el análisis de los restos óseos reveló características que no correspondían a un hombre europeo, sino a una mujer indígena, lo que llevó a los especialistas a replantear la interpretación del entierro histórico.

La importancia del hallazgo para la historia

El análisis surgió durante los
El análisis surgió durante los trabajos de restauración tras el sismo de 2017 en el Palacio de Cortés. (X/Secretaria de Cultura)

La confirmación de que los restos pertenecían a una mujer tlahuica tiene implicaciones significativas para la comprensión de la historia de Cuernavaca y del Palacio de Cortés debido a que este hallazgo refuerza la presencia y relevancia de la etnia en la región, que fue uno de los grupos indígenas que formaron parte del imperio azteca, según la Secretaría de Cultura.

Además, el Palacio de Cortés, construido en el siglo XVI, ha sido un símbolo de la conquista española y de la figura de Hernán Cortés pero con este nuevo hallazgo se pone en evidencia la continuidad de las tradiciones y la presencia indígena en el lugar, incluso después de la llegada de los colonizadores.

La identificación de los restos pertenecientes a una mujer tlahuica también abre nuevas preguntas sobre su vida, su papel en la sociedad prehispánica y las circunstancias de su entierro en un lugar que posteriormente sería transformado por los españoles.

Con la corrección de la información sobre el entierro, también se subraya la importancia de la investigación arqueológica y antropológica para revisar y actualizar las narrativas históricas, pues durante 50 años, la cédula que acompañaba la ventana arqueológica presentó una versión que ahora se sabe incorrecta, basada en interpretaciones históricas y arquitectónicas que no habían sido corroboradas con estudios físicos de los restos.

Este caso destaca cómo los avances en las técnicas de análisis y la revisión crítica de las fuentes históricas pueden cambiar nuestra comprensión del pasado. Según la Secretaría de Cultura, el trabajo realizado por los especialistas del INAH, no sólo permitió identificar el origen de los restos, sino también preservar y contextualizar este hallazgo para futuras generaciones.

Con la restauración del Palacio de Cortés y la creación del Museo Regional de los Pueblos de Morelos, el recinto se ha convertido en un espacio que busca reflejar la diversidad cultural e histórica de la región.

Actualmente el museo alberga exposiciones sobre la época colonial, las culturas indígenas que habitaron el territorio antes de la llegada de los españoles y con el entierro de la mujer tlahuica ahora correctamente identificado, el museo está incorporando nuevas investigaciones para ofrecer una visión más completa y precisa de la historia de Morelos.

Según la Secretaría de Cultura, este tipo de proyectos son fundamentales para preservar el patrimonio cultural y fomentar una mayor comprensión de las raíces históricas de México.

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