Un matrimonio saludable se caracteriza por la comunicación abierta, la confianza mutua, el respeto y el apoyo emocional, donde ambos miembros trabajan juntos para resolver conflictos y mantener una conexión profunda, sin embargo, cuando uno de los individuos presenta altos niveles de neuroticismo, estos aspectos pueden verse comprometidos.
Este rasgo de la personalidad, caracterizado por una mayor sensibilidad emocional y una tendencia a experimentar emociones negativas de manera intensa y prolongada, se ha identificado como un factor que puede llevar al deterioro de la satisfacción marital y, en última instancia, al divorcio.
De acuerdo con un estudio publicado en 2020 en BMC Psychology, las parejas en las que al menos uno de los miembros presenta altos niveles de neuroticismo tienden a experimentar una menor satisfacción en su matrimonio. Según Forbes, esto se debe a que las personas con este rasgo suelen enfocarse en experiencias negativas y, en ocasiones, interpretan comentarios o acciones inocuas de su pareja como hostiles o amenazantes; este patrón de pensamiento genera un ambiente de tensión constante, dificultando la comunicación y aumentando los conflictos.
Posteriormente, un estudio de 2022 publicado en Frontiers in Psychology profundizó en cómo la alta reactividad emocional, un componente del neuroticismo, afecta la percepción de apoyo dentro de la pareja. Según este estudio, las personas que la experimentan tienden a percibir que su pareja no responde adecuadamente a sus necesidades emocionales. Este concepto, conocido como “capacidad de respuesta percibida de la pareja”, se refiere a qué tan comprendido, valorado y cuidado se siente un cónyuge por el otro.
Cuando esta percepción se ve afectada, las parejas enfrentan mayores dificultades para generar confianza e intimidad. Según los investigadores, la incapacidad de manejar el estrés de manera calmada y de responder a las necesidades emocionales del otro puede debilitar el vínculo entre ambos, aumentando la probabilidad de conflictos y, eventualmente, de una ruptura.
En contraste con el neuroticismo, el rasgo de la “conciencia” parece tener un efecto positivo en las relaciones de pareja. Según Forbes, las personas con altos niveles de conciencia, caracterizadas por ser organizadas, autodisciplinadas, confiables y orientadas a objetivos, tienden a experimentar relaciones más estables y satisfactorias, además, su capacidad para manejar el estrés y mantener la compostura contribuye a un ambiente de apoyo mutuo y estabilidad emocional, lo que refuerza la conexión entre los miembros de la pareja.
Qué es el neuroticismo
El neuroticismo, según un artículo de especialistas de la Universidad de Buenos Aires, es un rasgo de la personalidad definido como la tendencia a experimentar emociones negativas de manera intensa y prolongada, lo que trae consigo ansiedad, inseguridad, baja autoestima y una insatisfacción general con uno mismo y con el entorno. Estas características no solo afectan la vida personal del individuo, sino que también tienen un impacto significativo en sus relaciones interpersonales.
En el contexto de una relación de pareja, las personas con altos niveles de neuroticismo suelen tener dificultades para regular sus emociones. Según Forbes, esta incapacidad para controlar las reacciones emocionales suele manifestarse en arrebatos intensos, sensibilidad extrema y una recuperación lenta de los sentimientos negativos.
Estas dinámicas tienen la capacidad de erosionar la cercanía emocional necesaria para mantener una relación saludable, ya que el otro miembro de la pareja puede sentirse incapaz de ofrecer el apoyo necesario ante reacciones constantes de ira, ansiedad o frustración.
¿De qué otras maneras el neuroticismo afecta la convivencia con los demás?
El impacto del neuroticismo no se limita únicamente al ámbito de las relaciones de pareja, ya que las personas con altos niveles de neuroticismo suelen enfrentarse a dificultades en la toma de decisiones. Según los especialistas de la Universidad de Buenos Aires, este rasgo afecta otras áreas de la vida, como el rendimiento laboral o académico y las relaciones familiares.
Además, cabe señalar que con la introducción de la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales (DSM-5), se propuso un modelo dimensional para los trastornos de personalidad basado en el modelo de cinco factores (FFM); este modelo identifica una variante desadaptativa del neuroticismo conocida como “afectividad negativa”.
Según la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría), la afectividad negativa se caracteriza por una tendencia a experimentar emociones negativas de manera frecuente e intensa, como ansiedad, depresión, culpa y vergüenza. En el ámbito interpersonal, este rasgo se manifiesta en comportamientos de dependencia y dificultad para establecer relaciones saludables.
Aunque el neuroticismo no imposibilita la construcción de un matrimonio saludable, sugiere un desafío adicional para las parejas. Gestionar este rasgo de manera efectiva requiere un esfuerzo consciente por parte de ambos miembros, además, buscar apoyo profesional, como terapia de pareja o individual, es una herramienta valiosa para aprender a manejar las emociones y evitar que las preocupaciones individuales afecten negativamente la relación.