El periodista Ciro Gómez Leyva, uno de los comunicadores más influyentes de México, compartió en el podcast “Penitencia”, conducido por la activista y fundadora de Reinserta, Saskia Niño de Rivera, las hipótesis que ha considerado respecto al atentado que sufrió el 15 de diciembre de 2022.
A dos años del ataque, Gómez Leyva continúa sin saber quién ordenó el intento de asesinato ni las razones exactas, pero plantea tres líneas de investigación que reflejan la complejidad del caso en un país marcado por la violencia, la impunidad y la polarización política.
En la conversación, Gómez Leyva recordó cómo aquella noche, al llegar a su domicilio, hombres armados le dispararon al menos 12 veces mientras viajaba en su camioneta blindada. Gracias al blindaje, el periodista salió ileso, pero el ataque desató preocupación nacional y generó un debate sobre la violencia que enfrentan los comunicadores en México.
El periodista explicó que, aunque ha tenido acceso a detalles del expediente, no hay respuestas claras sobre los autores intelectuales del atentado ni sus motivos. Cabe apuntar que, según las autoridades, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) fue el grupo criminal que estuvo detrás de dichos hechos.
Sin embargo, el periodista plantea tres líneas principales de investigación o hipótesis que explicarían el intento de asesinato en su contra.
1. Un posible agravio personal
La primera línea de investigación que Gómez Leyva menciona es la de un asunto personal. Según el periodista, el atentado pudo haber sido motivado por una venganza particular de alguien que buscara “cobrar un agravio”. Sin embargo, la descarta casi de inmediato:
“No tengo deudas, no debo, no me deben, no puesto nada. No estoy peleándome por un cajón de estacionamiento. Entonces, es muy difícil encontrar a alguien que, desde el agravio personal, se metiera en ese mundo tenebroso de hacer contacto con el patrón y con el Bart para matarme”.
2. La descomposición social: “el cagadero”
La segunda hipótesis, que Gómez Leyva califica como central, hace referencia a la descomposición social en México, un fenómeno que él define como “el cagadero”. El periodista utiliza este término para describir el nivel de impunidad, caos y violencia en el país, donde cualquiera puede actuar sin restricciones:
“Es la descomposición, es el cagadero, ese espacio donde cualquiera se siente con la capacidad de hacer lo que quiera, para generar lo que sea. Me pudieron haber matado los de aquí para dañar a los de allá, los de allá para dañar a los de acá. Los de acá para mandar un mensaje, no sé a quién”.
Esta descripción alude a un sistema fallido donde el crimen organizado, la corrupción y la impunidad permiten que ataques como el que sufrió puedan suceder, sin importar quién sea la víctima o qué mensaje se quiera enviar.
3. Consecuencia de su trabajo periodístico
La tercera línea de investigación está directamente relacionada con su labor como periodista. Gómez Leyva reconoció que, debido a su trabajo, él y su equipo han identificado hasta 93 posibles motivos vinculados con investigaciones y reportajes que pudieron incomodar a grupos poderosos o al crimen organizado:
“Hemos llegado a contar hasta 87 o 93 posibilidades: los del aeropuerto, a los que sacamos los videos y se les cayó el negocio; los de esto, los de aquello. No lo sé. ¿Fue consecuencia de nuestro trabajo? Puede ser también”.
4. ¿Un crimen de Estado?
Gómez Leyva también hizo referencia a una cuarta hipótesis: la posibilidad de que el atentado haya sido un crimen de Estado, aunque reconoció que esta línea es la más difícil de probar: “Si se trató de un crimen de Estado, esa es otra historia. Es muy difícil llegar a la verdad en este tipo de casos”.
El incidente con AMLO
Durante la entrevista, Saskia Niño de Rivera recordó que un día antes del atentado, el presidente Andrés Manuel López Obrador había lanzado una crítica pública contra Gómez Leyva en su conferencia matutina, al decir que ver sus programas “podría causar tumores en el cerebro”.
Al respecto, el comunicador aseguró que, aunque no tiene pruebas para vincular directamente el discurso presidencial con el ataque, sí considera que las agresiones verbales desde el poder pueden contribuir a un clima de violencia: “No seré yo quien abra la caja de las conjeturas, pero lo que sí digo es que ese tipo de discurso puede tener consecuencias. Porque las palabras importan”.
El periodista también recordó un error retórico que tuvo semanas después del atentado, cuando cuestionó al presidente al decir: “A un amigo no se le dispara en la cabeza”. Sobre esto, reconoció su exceso y explicó que se disculpó por lanzar una frase que carecía de sustento: “Fue un error, fue un exceso retórico, y lo reconocí. No tenía pruebas para acusar a nadie. No caer en la tentación de señalar fue de las mejores decisiones que tomé”.
El atentado contra Gómez Leyva ocurrió en un contexto donde la violencia contra periodistas en México se ha intensificado. De acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF), México sigue siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, con más de 150 comunicadores asesinados desde el año 2000.
Gómez Leyva subrayó que su caso recibió atención debido a su perfil mediático, pero reconoció que la mayoría de los periodistas agredidos en el país no obtienen justicia ni protección adecuada.
A pesar del ataque, Gómez Leyva decidió continuar con su vida y su trabajo sin ceder al miedo ni al rencor. Afirmó que no guarda odio hacia quienes intentaron matarlo y que su prioridad ha sido seguir adelante: “Fracasaron. No veo sentido en odiarlos. La vida sigue y yo decidí que la vida seguiría, y seguiría haciendo mi trabajo”.