En respuesta a la emergencia sanitaria declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la viruela del mono o símica (Mpox), el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave) y la Secretaría de Salud (SSa) han emitido un aviso epidemiológico. Este documento especifica las acciones que deben implementar el personal médico en las unidades de salud al identificar un caso probable de Mpox.
El objetivo primordial es que las unidades médicas del país vigilen y notifiquen los casos probables para reducir, en lo posible, las cadenas de contagio y proporcionar una atención médica oportuna a las personas afectadas.
“La ocurrencia de brotes de Mpox en diferentes partes del mundo, principalmente en países de África, con quienes se comparte un importante movimiento poblacional, incrementa el riesgo de presencia de un mayor número de casos en México”, subraya el aviso.
Recomendaciones de la Secretaría de Salud
Ante la presencia de síntomas, la Secretaría de Salud (SSA) recomienda a la población en general una serie de medidas preventivas. Estas incluyen lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o solución alcohol gel, usar mascarilla médica, evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos, y limpiar y desinfectar espacios en los que se haya encontrado una persona enferma. También se recomienda cubrir la nariz y la boca con la parte interna del codo al estornudar o toser, entre otras acciones.
Según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), del 1 de enero al 3 de agosto, se reportaron 212 casos probables de los cuales 49 fueron confirmados. Estos casos se distribuyen en 11 entidades federativas, siendo el clado II el único detectado en los análisis realizados hasta la fecha. Hasta el momento, en el país no se ha identificado la nueva variante clado 1b. Esto refuerza el llamado a permanecer alertas ante la posible aparición de más casos probables y/o confirmados de Mpox en la región.
El aviso especifica varias recomendaciones de vigilancia, manejo clínico, profilaxis y comunicación de riesgos. Entre ellas, se destaca la necesidad de mantener una vigilancia epidemiológica basada en pruebas de laboratorio y notificación oportuna de casos probables y confirmados.
También se recomienda implementar la vigilancia genómica para determinar los clados circulantes y su evolución. Además, se promueve la difusión de mensajes de salud pública dirigidos al personal de salud, a la población general y en particular a la población con mayor prevalencia de VIH y otras ITS, con el fin de informar y educar sobre medidas de prevención.
¿Qué dice la Organización Mundial de la Salud?
La OPS/OMS recuerda a los estados miembros que no se requiere ni se recomienda una vacunación masiva contra Mpox en la población en general. Se debe enfocar en controlar la transmisión de persona a persona mediante la detección y diagnóstico temprano de casos, el aislamiento y el seguimiento de contactos.
Mpox cursa con dos periodos clínicos que, generalmente, se resuelven sin complicaciones entre dos y cuatro semanas después de iniciar los síntomas. La primera fase, que se desarrolla en los primeros cinco días, se caracteriza por fiebre, dolor de cabeza intenso, ganglios inflamados, dolores musculares y falta de ganas de moverse o hacer alguna actividad física. La segunda fase se distingue por la aparición de pequeñas ampollas, que inicia entre el primer y tercer día después del inicio de la fiebre. En ese momento aparece el sarpullido, que generalmente afecta primero la cara y luego se extiende al resto del cuerpo.
Desde el 1 de enero de 2022 hasta el 30 de junio de 2024, la OMS ha informado de un total de 99,176 casos confirmados y 208 defunciones por Mpox. En la Región de las Américas, desde 2022 hasta el 1 de julio de 2024, se notificaron 62,572 casos, incluidas 141 defunciones en 31 países y territorios. La vigilancia genómica identificó al clado IIB en todos los casos analizados, el cual sigue siendo el único detectado hasta la fecha.
Estas cifras subrayan la necesidad de mantenerse vigilantes y seguir las recomendaciones de salud pública para contener la propagación de la viruela símica, tanto a nivel nacional como internacional.