Las expectativas sobre el deporte mexicano viven sus momentos de mayor ahínco cada cuatro años. Los Juegos Olímpicos son una de las mejores vitrinas para visibilizar algunos aspectos del desarrollo en los países que participan en las justas, no obstante los reflectores no suelen apuntar hacia las raíces de los participantes, cuando los atletas se preparan desde la infancia.
México cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito olímpico. Dentro de América Latina, junto con Brasil, Argentina y Cuba, se pelea los primeros cuatro lugares en el medallero histórico y es una de las naciones más destacadas en las competencias de índole regional. A pesar de ello, el fomento del deporte al interior del país sigue siendo un acto cuestionable entre las infancias.
Como cada día, Renatta Mayén se dio cita en el Deportivo Benito Juárez, al interior del gimnasio, para entrenar, mejorar sus movimientos y seguir preparándose de cara a las siguientes competencias gimnásticas programadas a lo largo del 2024, aunque tiene claro el objetivo de llegar a participar en unos Juegos Olímpicos.
Si bien el camino de llegar a colocarse en el podio de la competencia más importante del verano es ambicioso, en el camino por el deporte, Renatta ha logrado reconocer aspectos de su vida y entorno que difícilmente habría podido experimentar fuera de la actividad física.
“Me llamó la atención la gimnasia porque puedes hacer más de lo que sabes que tu cuerpo puede hacer. Puedes jugar aprendiendo, viajar, que a mí me gusta mucho (...) Ahora se está haciendo más común que los niños estén en el celular. Siento que está bien hacer un deporte. Siento que ahora tengo más elasticidad, distintas cosas que me sorprende hacer”, mencionó Renatta en entrevista con Infobae México.
Y es que, además de inculcar el seguimiento de la disciplina que se puede llevar a diversos ámbitos de la vida, la práctica deportiva o de la actividad física durante la infancia resulta crucial, así lo reconoce el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés).
“Practicar alguna actividad física de manera habitual es crucial para el desarrollo físico, mental, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes. Además, los beneficios de la actividad física incluyen ayudar a evitar las enfermedades, prevenir el sobrepeso y obesidad y contribuir a la salud mental”, reconoce la organización internacional.
A pesar de ello, las campañas de fomento al deporte realizadas por diversas entidades en México no han tenido el impacto deseado. Según se indica en la cuarta versión de la Boleta de Calificaciones Mexicana 2018, elaborada por investigadores de la Universidad de Guadalajara (U de G), solamente el 17 por ciento de las niñas y niños realiza, por lo menos, 60 minutos de actividad física diaria.
En el 2020, la propia Unicef reconoció que la obesidad infantil en México es una emergencia de salud pública de necesaria atención. De igual manera, advirtieron que el exceso de peso durante la infancia perjudica el crecimiento y desarrollo de los niños, aunque también aumenta las posibilidades de enfermedades en la edad adulta de índole cardiovascular, así como diabetes tipo 2.
A pesar de ello, existen semilleros desde donde las infancias buscan conquistar sus sueños de gloria deportiva.
El camino de Renatta en la gimnasia
El entrenamiento al interior del gimnasio es apenas una de las actividades que Renatta tiene en su día a día. Además de ir a la escuela, en sus tiempos libres realiza la venta de papelería para subsanar los gastos derivados de su dedicación a la disciplina deportiva.
De esa forma, vendiendo plumas, libretas y hasta su propia marca de botanas saludables, se acerca a la obtención de su objetivo de seguir escalando niveles para ser elegible dentro de la Federación Mexicana de Gimnasia y representar a México en la máxima justa olímpica.
Para ello, su núcelo familiar también ha empeñado esfuerzos y dedicación a su faceta deportiva. A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, donde su madre, Mariana, tuvo que cerrar su Boutique, Renatta tiene el privilegio de contar con ella de tiempo completo, así como con el trabajo de su padre.
“Dejé de ser esa persona por la que era conocida para pasar a ser la mamá de Renatta y dar mi vida cien por ciento a ella. Es lo que estamos haciendo en cuanto a alimentación, entrenamiento, escuela, casa, entonces me cambió mucho. Me siento feliz porque nunca imaginé tener esta vida de mamá”, declaró Mariana.
Hasta el momento, debido al nivel en que se encuentra, Renatta no puede aspirar a algún tipo de apoyo económico por parte de la Federación o de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). Por ello, el financiamiento en este momento de su carrera es uno de los aspectos más apremiantes.
“Mis papás me apoyaron en comprar una viga de equilibrio para mi casa, colchonetas para que yo pueda estar haciendo más. Sé que sin ellos no tendría todo eso o estaría aquí”.
A sus 11 años Renatta ha participado en toda clase de competencias nacionales. Aunque su respaldo de dos años en la gimnasia es, relativamente, corto, su avance hasta el momento ha sido contundente. Actualmente se encuentra en el nivel cuatro y espera avanzar un escalón más por año hasta superar el 10 para tener la posibilidad de luchar por una plaza en Juegos Olímpicos.
Desde el punto de vista de Renatta, practicar gimnasia es: “divertido. Yo siento que eso le gusta a todos los niños. Puedes hacer más de lo que tú crees que puedes hacer. No solo gimnasia, sino otros deportes están muy bien”.
Además de aprender las reglas y la disciplina de un deporte, para Mariana, la práctica “vuelve a los niños autónomos, disciplinados, son buenos para la escuela porque le echan ganas, saben que tienen que hacer la tarea para poder tener tiempo libre y venir a entrenar. Saben que pueden tener autonomía, disciplina y luchar para lograr muchas cosas padres”, dijo Mariana.