
Tras lo ocurrido en Tixtla, Guerrero, el Padre Filiberto Velázquez ofreció una declaración en vivo, destacando los eventos violentos sucedidos la noche del viernes, donde normalistas fueron atacados y posteriormente enfrentaron a la policía federal.
Según reportes, los jóvenes habrían sido blanco de disparos por parte de agentes policiales en circunstancias altamente cuestionables, incluyendo acusaciones de agresión y plantación de evidencia en contra de las víctimas.
Referente a la detención de los normalistas, el padre Filiberto Velázquez mencionó para Milenio los hechos que ocurrieron la noche del asesinato y la detención. De acuerdo con Velázquez, describió el traslado de un joven herido en un vehículo no médico, presuntamente de la Marina o el Ejército, lo que pone en duda la atención inmediata que recibieron las víctimas. La situación escaló cuando los estudiantes, tras ser abordados violentamente por las autoridades, intentaron huir, resultando en el disparo a uno de ellos.

De acuerdo con lo dicho por Velázquez a Milenio, se cuestiona la procedencia de armas y drogas encontradas en posesión de los normalistas, sugiriendo que estas podrían haber sido sembradas para justificar la detención.

Detenido por más de siete horas
Un testigo crucial, que estuvo detenido por más de siete horas bajo custodia policial, refuerza estas aseveraciones al narrar su experiencia de intimidación y violencia.
El padre también señala una respuesta militarizada a los eventos, implicando la presencia tanto de policía como del ejército, lo que pudo haber escalado la violencia. A pesar de la gravedad de la situación, señala que no se registraron desapariciones, un resultado que, aunque alivia, no disminuye la seriedad del ataque a los estudiantes.
Revela, además, la urgencia de investigaciones transparentes y justicia para las víctimas de estos choques, en un esfuerzo por restaurar la confianza en las instituciones del estado.