Tips para terminar el año sin depresión decembrina

A unos días de concluir el año, mucha personas tienden a hacer “un recuento de los daños”, lo bueno y lo malo de lo que se hizo durante estos 12 meses.

Para muchos puede ser una situación grata, para otros no tanto, es algo emocionalmente complejo e incluso difícil de manejar o superar, dando pie a la depresión decembrina, por ello, es necesario estar pendiente de cualquier cambio de estado anímico que genere preocupación.

Existen diversas causas que desencadenan este tipo de depresión como lo son el cierre de año, no haber logrado las metas propuestas, estar lejos de la familia, la pérdida de un ser querido en estas fechas, así como también factores ambientales, como el frío o los días nublados y grises.

La depresión decembrina o invernal, cuyo nombre científico es Trastorno Afectivo Estacional se caracteriza porque normalmente se presenta en el periodo específico entre el mes de octubre hasta la culminación de la temporada de invierno.

La disminución de la luz a nivel retinal se capta como una disminución del efecto de la luz a nivel cerebral, ahí el sistema reticular que se encarga de los ciclos circadianos de sueño y vigilia, se activa, es decir, los cambios físicos, mentales y conductuales se modifican.

Algunos de los síntomas que pueden presentarse con el cuadro depresivo decembrino son:

• Aislamiento.
• Baja de ánimo.
• Pérdida de placer por las cosas que antes se disfrutaba hacer.
• Aplanamiento afectivo (imposibilidad de reaccionar ante los objetos, situaciones y personas).

En caso de padecer alguno de estos síntomas, se recomienda realizar terapia de luz, ya que exponerse a luz natural del sol por pequeños intervalos de tiempo, es un buen tratamiento para activar el estado de ánimo, de igual forma se sugiere acudir con un psicoterapeuta para que él sea quien determine si se trata de algo transitorio o de una etapa más avanzada.

Una vez concluida la época invernal, la depresión decembrina desaparece y las personas vuelven a su vida normal, pero hay que estar alertas por si persisten síntomas.

• Autoevaluación de nuestro estado de ánimo.
• Reconocer y aceptarlo.
• Si algo anda mal, buscar ayuda profesional.
• De no contar con uno, hablarlo con alguien de mucha confianza.
• Busca actividades agradables e identifica qué le da sentido a tu vida.
• Suspende el consumo de sustancias, como alcohol o drogas.
• Evita conductas y factores de riesgo.
• Mantente bien alimentado e hidratado.
• Haz ejercicio.
• Duerme bien.