
Después de luchar durante varios años contra el Cáncer, el luchador mexicano trans, Julio Flores, mejor conocido como “La Chica Yeye” se despidió de este plano terrenal a sus 35 años de edad en un hospital de Salamanca, Guanajuato, generando así conmoción dentro de la lucha libre del país.
A través de las redes sociales, sus colegas y amigas dieron a conocer la triste noticia el pasado miércoles 7 de junio. Acompañado de sus mensajes de despedida, también señalaron cierta negligencia por parte del hospital donde la pugilista fue atendida e ingresada desde hace un par de semanas.
La luchadora conocida como “Lady Maravilla”, fue quien se encargó de mantener al tanto a los aficionados y seguidores de Julio Flores sobre su estado de salud.

Tan solo un día después de la publicación, fue la misma luchadora quien comunicó el fallecimiento de su amiga cercana, agradeciendo las muestras de apoyo y solidaridad que se mostró durante sus últimos días.
De igual manera, la deportista conocida como Bengalee, emitió una carta de despedida para la Chica Yeye.
Trayectoria de la Chica Yeye

La atleta comenzó su carrera dentro del ámbito amateur. Fue ahí cuando de forma paulatina fue adquiriendo popularidad en el deporte de contacto. No obstante, fue hasta el 2011 cuando se incorporó en la empresa DTU, siendo una de las luchadoras principales. Años más tarde, sería más reconocida por ser La gladiadora representante del popular grupo conocido como ‘exóticos.
De igual manera, fue pionera y fundadora de la empresa michoacana Lucha Poder Independiente (LPI), en la cual se enfocó en apoyar y forjar los nuevos talentos y las generaciones en puerta que buscaban alcanzar su sueño en el profesionalismo.

Aunque la lucha libre ha sido un mundo históricamente conservador, Julio decidió seguir adelante con su pasión y convertirse en luchador profesional. Enfrentando numerosos desafíos y estigmas, encontró el coraje para ser verdadero consigo mismo y seguir su sueño. Su determinación y perseverancia se convirtieron en su principal arma en el camino hacia la aceptación y el éxito.
Nacido y criado en México, Julio Flores siempre fue un apasionado de la lucha libre desde muy joven. A medida que crecía, también comenzó a explorar su identidad de género y se dio cuenta de que su verdadero ser no se alineaba con el género asignado al nacer. Decidió emprender un proceso de transición para vivir su vida auténticamente como una mujer.