
Los animales de compañía han logrado ocupar un lugar privilegiado en los hogares, siendo considerados miembros de la familia, no obstante, más allá de la conexión emocional que se establece con ellos, es fundamental recordar que las mascotas tienen necesidades específicas que trascienden el afecto y la compañía, pues su cuidado constituye una responsabilidad que requiere proporcionarles un ambiente seguro, saludable y enriquecedor, con el objetivo de asegurarles una vida larga y plena.
Nicolás Torino, médico veterinario y representante de la empresa Royal Canin, en el podcast de Spotify “Ciudad para Mascotas”, afirma que que muchas veces, con la intención de consentir a nuestros animales de compañía, adoptamos comportamientos que, lejos de beneficiarles, llegar a afectarlos negativamente, incluso acortando su esperanza de vida.
Según el especialista, es crucial entender que las necesidades y la biología de las mascotas no son las mismas que las de los seres humanos, y mucho menos entre caninos y felinos. “Un ser humano, un perro y un gato no son lo mismo”, afirmó, por lo tanto, comprender sus particularidades es fundamental para proporcionarles el mejor cuidado posible.
Cuáles son los hábitos que acortan la vida de las mascotas

1. Alimentación
“Hay alimentos que aplican en el consumo humano, pero no en las mascotas” advirtió el especialista. En particular, los perros y gatos tienen requerimientos nutricionales muy diferentes a los de las personas, por ejemplo, Torino menciona que el chocolate es tóxico para los perros, mientras que, los gatos, no digieren ni asimilan los carbohidratos con la misma eficiencia, por lo que proporcionarles alimentos diseñados específicamente para su especie es esencial para evitar problemas de salud a largo plazo.
2. Descuidar la socialización temprana
Otro de los puntos que enfatiza Torino es la relevancia de la socialización en las primeras etapas de vida de una mascota, donde los cachorros y gatitos deben interactuar con otros animales, personas y entornos para desarrollar comportamientos adecuados y saludables. No obstante, el especialista advierte que esta socialización debe ser cuidadosamente gestionada, pues aunque es importante que se expongan a nuevas experiencias, también debe ser protegida lo que él llama su “ventana inmunológica”, ya que en este período están recibiendo las vacunas esenciales para su desarrollo y exponerlos demasiado temprano o a situaciones de riesgo puede comprometer su salud.
3. No asistir a revisiones periódicas con el veterinario ni tener un plan de vacunación o desparasitación
Este es uno de los errores más comunes entre los dueños de mascotas, pues, generalmente, al prescindir de ellas les es difícil detectar posibles problemas de salud en etapas tempranas, cuando son más fáciles de tratar. Un plan de prevención bien estructurado puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida y longevidad de los animales, además, como señala Torino, cada etapa de la vida de una mascota requiere una atención especializada, por lo que el control veterinario debe adaptarse a sus necesidades.

4. No incentivar la actividad física
La falta de ejercicio físico adecuado contribuye al desarrollo de afecciones como el sobrepeso y la obesidad, que son cada vez más comunes en las mascotas, sin embargo, el sedentarismo además de afectar su salud física, también genera problemas emocionales y de comportamiento, por lo que es fundamental incentivar a nuestras mascotas a mantener una rutina de ejercicio regular.
5. Ver la salud bucal sólo como algo estético
Uno de los aspectos más importantes pero a menudo ignorados del cuidado de las mascotas es la higiene dental, pues muchas personas lo ven como una cuestión meramente estética, no obstante, el descuido de los dientes de una mascota tiene consecuencias graves. Según Torino, la falta de limpieza bucal puede dar lugar a enfermedades bacterianas, además, los microorganismos presentes en la boca pueden trasladarse a otros órganos, como el corazón.
6. No atender los padecimientos a tiempo
Finalmente, otro error frecuente es subestimar los signos clínicos de enfermedades, dado que muchos dueños tienden a ignorar o minimizar los síntomas y se retrasa el diagnóstico y tratamiento de condiciones que, sin saberlo, podrían ser más graves de lo que aparentan. El especialista hace un llamado a la prevención y a la vigilancia constante del bienestar de nuestras mascotas, estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento o salud y consultar al veterinario ante cualquier sospecha.
Con esta serie de consejos, Torino recuerda a los propietarios de animales de compañía que, en última instancia, la salud y el bienestar de sus animales dependen de ellos. “Recuerda que los hábitos de tu mascota están en tus manos, y se acostumbrará a lo que le enseñes día a día”, concluyó el veterinario para finalizar el episodio de “Ciudad para mascotas”.
Qué alimentos que no pueden comer los perros

De acuerdo con Purina, la empresa de alimentos para mascotas con sede en Suiza, existen numerosos alimentos que, aunque son comunes en la dieta humana, representan un riesgo en la salud de los perros.
Entre las frutas que deben mantenerse fuera del alcance de los perros, las uvas y las pasas encabezan la lista, ya que éstas los intoxican y su consumo desencadena síntomas como vómitos, diarrea, letargo, dolor abdominal y deshidratación. En casos graves, puede derivar en insuficiencia renal, la cual es una condición potencialmente mortal.
El aguacate también representa un riesgo, aunque no todas sus partes son igualmente peligrosas. Mientras que la pulpa es segura en pequeñas cantidades, la cáscara, las hojas y el carozo contienen persina, una toxina que les provoca vómitos y diarrea, además, el carozo supone un peligro de asfixia o de obstrucción gastrointestinal si es ingerido.
Por otro lado, los tomates maduros son seguros para los perros, pero las partes verdes de la planta contienen solanina, una sustancia tóxica que les causa problemas respiratorios, cardíacos y estomacales. En tanto, las cerezas, aunque en su mayoría son seguras, tienen carozos y tallos que contienen pequeñas cantidades de cianuro, además de representar un riesgo de asfixia.
Finalmente, los limones son altamente tóxicos para los perros debido a su contenido de ácido cítrico, limoneno, linalool y psoraleno, por lo que su consumo puede provocarles desde irritación en la piel hasta síntomas más graves como temblores, pérdida de coordinación, colapso y fotosensibilidad.
Entre los vegetales, las cebollas son especialmente peligrosas, ya que contienen disulfuro de N-propilo, una toxina que destruye los glóbulos rojos de los perros, causando anemia hemolítica, además de vómitos, debilidad, encías pálidas y orina rojiza. Por su parte, el ajo contiene tiosulfato, una sustancia que afecta los glóbulos rojos de manera similar a las cebollas, pero en este caso, los efectos incluyen letargo, diarrea, vómitos, ictericia y deshidratación.
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