Mercedes Jones: “¿Es posible que la segunda mitad de la vida sea mejor que la primera? La ciencia responde, sí, es posible”

“Nunca antes la humanidad vivió tanto como ahora”, dice esta socióloga y doctora en ciencias sociales, pionera en el impulso de la economía silver y la longevidad positiva. Pero, señala, “el edadismo impregna toda la sociedad”, con una visión negativa de la vejez que hay que modificar

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Entrevista con Mercedes Jones, especialista en economía silver y longevidad positiva - CORTE

Mercedes Jones es una apasionada de la longevidad positiva y las nuevas miradas sobre el envejecimiento. Por si alguien duda de la importancia del tema, señala que en Argentina, según los resultados del Censo 2022 y estimaciones de la pirámide de población, aproximadamente 10.966.321 de personas tienen 55 años o más. Esto se subdivide en dos: grupos: el 55 a 64 años (4.074.086 de personas) y el de 65 y más años (6.892.235 de personas).

Sobre esta nueva realidad y sus implicancias Jones dicta conferencias, seminarios y talleres, además de asesorar a empresas y a organizaciones de la sociedad civil para adaptarse a los desafíos demográficos y desarrollar programas y enfoques inter-generacionales. También impulsa el movimiento Viva La Longevidad que busca transformar los modelos de envejecimiento. Es profesora universitaria, investigadora y directora de programas en el Centro de Innovación Social de la Universidad de San Andrés.

— Se habla actualmente de una nueva longevidad, de la llamada Generación Silver, porque la gente vive cada vez más y con mejor salud. ¿Qué datos deberían tener en cuenta quienes toman decisiones tanto en lo público como en lo privado, respecto de este fenómeno?

— Primero tratar de entender qué significa esto, porque es cierto que existen nuevas demografías, que baja la natalidad, aumenta la longevidad. ¿Estamos frente a una crisis demográfica? Creo que nos estamos manejando con ideas preconcebidas, con falta de información concreta y desde las políticas públicas hay un arrastre lógico, natural, de un modelo del siglo pasado. Y es que la persona longeva es vista como una persona llena de problemas de salud, que genera un costo para la sociedad. Es decir, aspectos negativos asociados a una longevidad o a una vejez del siglo pasado.

— ¿No está cambiando esa imagen? Antes una persona de 60, 65 años, era considerada vieja. Hoy no percibo que se la vea de la misma forma. Muchísima gente de esa edad está activa y en roles directivos, tanto en el sector público como en el privado.

— Sí, es cierto. La gente vive cada vez más y en mejores condiciones. Habría que ajustar la perspectiva, entender que no tenemos que fijarnos tanto en la salud y empezar a pensar en bienestar y tratar de que las personas, a lo largo de toda la vida, desde el momento de nacer hasta el momento de morir, tengan esta asociación de buena expectativa de vida con buena calidad de vida. Es el desafío real y concreto de la política pública, de las personas que están tomando decisiones en las organizaciones y de todos nosotros.

— Es un poco difícil imaginar eso en un país donde hay tanta informalidad laboral, tanta gente fuera del sistema, porque el que hoy se jubila en Argentina, en general, tiene un ingreso bajo. Cada vez más gente sigue trabajando, a veces por gusto...

— Y a veces por necesidad.

— Sí, y vemos gente grande que sigue siendo sostén del hogar. En sociedades más abundantes hay más espacio para pensar estas cosas. Acá estamos todavía muy inmersos en una situación socioeconómica complicada.

— Es cierto. Hemos estado peor, y podemos llegar a mejorar o seguir en inestabilidad. Sin embargo, nos ahorraría muchos dolores sociales innecesarios que nos traen los modelos antiguos de la vejez, si pusiéramos el foco en lo que llamamos bienestar. Es decir, enseñar desde el jardín de infantes cómo es el ciclo y curso de vida de los seres humanos. Y empezar a cuidarnos desde pequeñitos. Hay un modelo importante a tomar en cuenta, el de la longevidad positiva, la nueva longevidad. Es totalmente nuevo. Nunca antes la humanidad vivió tanto como ahora. Hay familias que llegan a las seis generaciones. Entonces, si empezamos a poner foco en promover el bienestar, entramos en la cultura del cuidado, la sociedad del cuidado, el autocuidado, las empresas que cuidan. Nos ahorramos mucho dinero si empezamos con este modelo de longevidad positiva, que tiene foco, primero, en el desarrollo del bienestar a lo largo de toda la vida. Lo otro es la posibilidad de incluir a las personas que tienen que trabajar porque no les alcanza la jubilación y los que quedan en la informalidad. El segundo factor sería el aprendizaje a lo largo de toda la vida. La UCA, en su estudio de la deuda social con las personas mayores, les preguntó a los de más de 60 si querían seguir estudiando. La respuesta fue interesante y muy sutil, porque dijeron que sí, pero no seguir estudiando, sino seguir aprendiendo. No querían pasar por el estrés del examen. Entonces, para tener acceso a oportunidades laborales, tenés que actualizarte, pero las universidades y los espacios de formación no tienen tanto foco en la gente que quiere seguir aprendiendo y no estudiando, es decir, otra oferta de capacitación.

"Hay un modelo importante a
"Hay un modelo importante a tomar en cuenta, el de la longevidad positiva. Es totalmente nuevo. Nunca antes la humanidad vivió tanto como ahora"

— A propósito de eso, en países como Bélgica, Francia, Canadá, hay universidades de la tercera edad, en muchas de ellas no hay examen ni título. Es recreativo, pero también formativo. Hay desde cursos de filosofía a inteligencia artificial. No está la exigencia del examen.

— Sí, hay muchos modelos y todos son necesarios. En Rosario, hace cuatro años, la Universidad UCEL tiene una Cátedra de Evolución Senior dirigida por Adriana Churriguera. La UBA hace mucho tiempo que empezó a generar cursos, talleres, de capacitación, de inteligencia artificial, pero también de poder usar el celular y sacar provecho de todas las funciones. La gente necesita espacios de capacitación, asociados al entretenimiento, al ocio creativo, a encontrarse con gente con los mismos intereses... También lo intergeneracional es muy valorado: si allí donde se quiere que participe la gente mayor, se incluye gente de otras edades, se genera un círculo virtuoso. Las experiencias son maravillosas para todos. Los que participan dicen que aprendieron un montón. Es un aprendizaje cruzado. Cuando estás con los de tu misma generación no ves las diferencias, no ves que vos tenés habilidades y conocimientos que das por sentados y que el otro no tiene. Eso genera un tipo de aprendizaje indeleble.

— Sí, la transmisión... Se ve en los equipos de trabajo. El diablo sabe por diablo, pero más ahora por viejo, se dice. Es una gran verdad.

— Eso es nodal. Pensemos en las personas que tienen algún tipo de conocimiento, experiencia, no necesariamente un título universitario, pero sí una profesión, y están en ese grupo de los que no necesitan trabajar. Los que aconsejan sobre longevidad positiva recomiendan el poder transmitir, hacerlo como un voluntariado, orgánicamente, dentro de alguna estructura, con una misión que les interese. Cuando se entrevista a mayores de cincuenta, tienen dos niveles de preocupación. El primero es: “Ok, estoy dispuesto a vivir hasta los cien años. Ahora, ¿cómo me voy a mantener?” Y ahí se dividen en dos grupos: los que no necesitan trabajar porque tienen solvencia económica, y los que sí necesitan trabajar. Ahí entra todo lo que es el emprendedurismo senior, un campo de exploración en el que da alegría ver la cantidad de gente grande, creativa, valiente, capaz de colaborar, que avanza y tiene éxito.

— Mucha gente después de retirarse del trabajo, empieza un emprendimiento y algunos muy exitosos. Hay un trabajo de Harvard, lo debés conocer, de 2018, que muestra que la edad promedio de los creadores de startups es 45 años.

— Así es. Uno se encuentra con ejemplos extraordinarios, creativos, que inspiran. El otro grupo, menos visible, es el de la gente que no necesita trabajar, pero el no tener un trabajo le genera una falta de propósito en la vida. Se critica mucho a las empresas que no incluyen personas mayores, pero en realidad es común a todas las organizaciones, universidades, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, que no se dan cuenta del beneficio de no convocar solamente gente joven y empezar a incluir a personas mayores. Y ¿cuál es el impedimento? ¿Tienen algo en contra de la persona mayor? Nadie te va a decir que sí. Pero, el edadismo impregna toda nuestra sociedad.

"Muchas organizaciones no se dan
"Muchas organizaciones no se dan cuenta del beneficio de incluir a personas mayores. ¿Tienen algo en contra de la persona mayor? Nadie te va a decir que sí. Pero el edadismo impregna toda nuestra sociedad"

— Es falta de visión, porque el adulto mayor aporta algo que no pueden aportar otros. También hay un cálculo económico, porque dicen: contrato a esta persona y dentro de cinco años se jubila.

— Es porque tienen una mirada corta. Piensan: se jubila y se va. Pero si vos generás organizaciones que cuidan, con bienestar psicológico, con un propósito, cuando te dicen: te podés quedar trabajando en tu casa o un poco y un poco, la gente no se va a querer ir. .

— Hay empresas que le ofrecen a la persona que se jubila, seguir en otra modalidad contractual, quizás más flexible. ¿Eso se está dando?

— Se está dando, aunque no todo lo que se necesitaría. Pero hace cinco o seis años, en Argentina no había nada. En noviembre de 2019 hicimos el primer encuentro de las oportunidades de la silver economy en Argentina. Y ya había empresas que tenían esta idea de empezar a ocuparse no solo de los clientes, sino de que sus empleados empezaran a trabajar para tener una buena longevidad. Estábamos todos muy entusiasmados con empezar un trabajo relacionado con la longevidad. Mirando retrospectivamente, pienso cuánto hemos avanzado en estos años de inclusión tecnológica para las personas mayores.

— La pandemia mostró que se puede trabajar a distancia.

— Sí. Hicimos un gran salto. Intercambiar hace que se potencien las dos generaciones. Ahora bien, sería un error gravísimo que por incluir a las personas mayores, excluyamos a los jóvenes. Porque eso también es edadismo.

— En los noventa una cadena de cines puso un aviso para contratar para sus boleterías a mujeres de más de 45, creo. ¿Puede aparecer un mercado de trabajo silver? Específicamente dirigido a jubilados o a quienes quedaron sin trabajo a una edad ya avanzada.

— Sí, en el Silver Economy Forum, creado por Andrea Falcone, se generaron una serie de premios, uno al emprendedurismo senior. Y entre los que ganaron, estaba justamente una aplicación que era como una bolsa de trabajo online para personas grandes, que además le ofrecía a las empresas la posibilidad de acompañar a la persona mayor en la etapa previa a la jubilación y a la persona jubilada después, porque no es que uno aprieta un botón y se vuelve emprendedor. En esto hay que guiar, asistir. Vos has entrevistado a Alicia Moszkowski, a quien admiro porque cuando nadie sabía muy bien qué era esto de la longevidad, ya estaba trabajando en eso. Ella dijo: “Nunca nos preguntamos ni nos preguntan: ¿Qué vas a hacer cuando seas una persona mayor?

— Es cierto, los chicos dicen “cuando sea grande…” Pero grande es hasta 45, 50. No dicen, ¿qué voy a hacer cuando sea viejo? Nadie lo piensa.

— La vejez tiene mala prensa. Se la asocia a lo peor de la vida. Entonces, cambiemos el modelo, en el final de la vida envejecemos, pero no necesariamente estaremos mal. Todos vamos a envejecer pero no es necesario volverse viejo. Porque es diferente la actitud.

— Es lo que dice Clint Eastwood: “No dejes entrar al viejo”.

— Es la perspectiva que se tiene de la vejez y de la longevidad. La perspectiva de la longevidad me da un campo más amplio: no importa la edad que tenga, puedo empezar ya a tener un estilo de vida que me dé la posibilidad de vivir mejor a medida que pasan los años. Porque al final, la pregunta es: ¿Es posible que la segunda mitad de la vida sea mejor que la primera? Y ahí las ciencias de la vida y la gerontología responden: sí, es posible. Ahora, ¿qué pasa en nuestro país, en la región latinoamericana? Alexander Kalach, que es un pionero, dice: para tener una longevidad positiva, primero tenemos que unir longevidad con equidad. Y ahí digo que ser una comunidad que cuida es muy importante. Cada vez más personas requieren cuidados, no sólo las personas mayores, también los niños, los enfermos, etc. Hay gente trabajando con mucha seriedad, compromiso, entusiasmo y con mucho conocimiento. Hay muchos casos de jubilados que si no tuvieran familia que los ayude, no podrían sobrevivir y eso genera un dolor enorme. Pero la primera cuestión para que la longevidad sea positiva, o sea, que las vidas largas sean vidas buenas, es que todos los actores deben empezar a trabajar articuladamente.

"La perspectiva de la longevidad
"La perspectiva de la longevidad me da un campo más amplio: no importa la edad que tenga, puedo empezar ya a tener un estilo de vida que me permita vivir mejor a medida que pasan los años"

— Cuando asesorás a empresas, ¿qué les aconsejás?

— Las empresas no tienen ninguna posibilidad de adecuarse a estos nuevos tiempos si no piensan de manera realista qué es una persona mayor hoy. Entonces, ya sea desde el punto de vista del marketing, del desarrollo del producto, de la gestión de la organización, si se tiene una idea penosa de lo que es una persona mayor, ya nos quedamos atrás. En el caso de una empresa familiar donde trabajan varias generaciones hay momentos en que surgen problemas de liderazgo. Tuve un caso en el que quien creó la empresa debía aceptar que ya no tenía que estar en la gestión. Podía estar perfectamente su hijo en la gerencia y él estar en lo estratégico, en el largo plazo, en pensar en otros modelos de cliente. Y los dos están liderando. Pero cuando eso no está claro, se genera conflictividad. Entonces, pensar los espacios y las responsabilidades no son temas menores, hay que redefinir los temas de liderazgo y, sobre todo, proponerse aprender unos de otros. La gestión del conocimiento es justamente el intercambio de las experiencias, cuánto vale el tener experiencia en un métier. Se puede pasar el legado a mucha gente que entonces puede tener una curva de aprendizaje mucho más corta.

— ¿Tenés idea de cifras? ¿Qué población silver tenemos en Argentina?

— Cuando empezamos con todo esto había 7 millones de personas mayores de 70, aproximadamente, y ahora pasamos los 10 millones. Cuando yo empecé con esto, año 2012, se calculaba que iba a haber 2000 personas de más de cien años. ¿Sabés cuántas son en este momento en Argentina? Más de 8 mil. Y hay, acá en Buenos Aires, dos mujeres que tienen 113 años. 8.000 personas de más de cien años es un montón. Estamos en lo que se llama longevidad extrema. Yo ya fui a tres cumpleaños de cien años de madres de amigos, que están en las fotos con su carterita agarrada al brazo. No es gente que esté en una cama. Entonces, hay que correr las cortinas, los prejuicios, el edadismo, el viejismo, y empezar a mirar la realidad. Como sabemos, en nuestra Argentina, no es fácil, sobre todo para la gente grande que tiene jubilaciones tan magras. Y para otros, que aunque no tengan dificultades económicas, padecen exclusión. Nos evitaríamos, además, el sufrimiento de gente joven cuando cumple años, que ya se deprime, que hace todo lo posible, como estirarse la cara, para no envejecer. “Si me ven arrugas o me ven canas, me van a excluir”. Eso se podría evitar si desde los medios de comunicación se difundiera una imagen diferente. Que en este momento haya dos personas de 113 años que viven en Buenos Aires no es un dato menor; no tenés que ir a Okinawa o a Grecia o a no sé qué zona azul. Eso sí, cuando Enrique Amadasi hizo una investigación sobre personas mayores longevas, vio que esas personas estaban todas entre Palermo, Recoleta y Barrio Norte. Y en la ciudad de Buenos Aires hay siete años de diferencia en promedio respecto al resto del país.

— Siete años.

— Claro, es longevidad, pero mala longevidad. No es inclusiva. Y no solo es injusta, sino que ¿cómo decirlo?, genera altos costos y pérdida económica, porque esas personas requieren más temprano la atención de la salud pública, mientras que si vos lográs que todos vivamos mejor, se irá generando mayor bienestar para todas las edades. Es un modelo que hay que adoptar. La política pública, los decanos, la gente de los barrios, todos tienen que pensar cómo generar una buena longevidad. Lo otro fundamental son los vínculos. En el tema de la soledad no deseada, ya se habla de una pandemia. Se puede empezar a hacer algo ya. Creo que estamos caminando hacia una sociedad preparada para la longevidad, que en nuestros países exige también equidad, inclusión, acceso genuino de la gente a los sistemas de cuidado, salud y demás.

— ¿En qué otras cosas estás trabajando?

— Me entusiasma mucho explorar, conseguir información. Desde la universidad hicimos hace poco un relevamiento sobre lo que las organizaciones de la comunidad judía argentina les estaban ofreciendo a las personas mayores de sesenta. Entrevistamos a dirigentes de la comunidad, profesionales que trabajan con las personas mayores, gente de hogares de larga estadía, de organizaciones sociodeportivas, un gran abanico. E hicimos la comparación con ofertas de otras ciudades, y lo que hace la comunidad judía argentina, con gran respeto por sus ancianos, habría que difundirlo y que todos los municipios hagan una checklist: ¿esto lo tenemos, esto lo hacemos, esto...? Porque realmente es muy práctico.

— Como un modelo.

— Es como un mapa, dónde están los servicios, cómo tienen que ordenar, cómo distribuir, cómo la gente puede participar o no, etcétera. Y nombré mapa y algo que propuso la Universidad de Stanford que me parece absolutamente extraordinario: “Gente, tenemos que transformarnos en cartógrafos del nuevo mapa de la vida”. Es decir, estamos todos invitados, como los antiguos cartógrafos, a dibujar este nuevo territorio de la longevidad. Nadie sabe, es un camino a explorar, hay que explorarlo juntos, conseguir información y datos para Argentina y para Latinoamérica, y empezar a trabajar juntos. No tropezar todos en la misma piedra, porque si aquellos ya tropezaron, nos avisan.

LA ENTREVISTA COMPLETA

Entrevista con Mercedes Jones, especialista en economía silver y longevidad positiva

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