La belleza oculta del Gran Cañón: cómo es la región que solo el 1% de los exploradores conoce

Aunque el Parque Nacional recibe millones de turistas al año, la mayoría solo disfruta las vistas superficiales y pocos se aventuran a conocer la majestuosidad de su interior, revela Travel + Leisure

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Solo el 1% de los
Solo el 1% de los turistas que llegan al Gran Cañón se anima a descender más allá del borde y explorar su interior (Freepik)

A pesar de que el Parque Nacional del Gran Cañón, en Arizona, Estados Unidos, recibe a casi cinco millones de visitantes cada año, solo una minoría se aventura a explorar sus profundidades: apenas el 1% de quienes llegan hasta este emblemático destino estadounidense desciende más allá del borde para adentrarse en su interior.

Esta cifra, revelada por Travel + Leisure, pone de manifiesto una oportunidad poco conocida para los viajeros que buscan experiencias auténticas y transformadoras, más allá de la clásica postal panorámica.

El Grand Canyon Conservancy Field Institute se ha propuesto cambiar esta tendencia, según detalla Travel + Leisure, mediante rutas organizadas que se desarrollan principalmente en invierno y primavera, cuando las temperaturas son más frescas y la afluencia de turistas disminuye, lo que favorece una experiencia más íntima y segura.

Las excursiones organizadas por el
Las excursiones organizadas por el Grand Canyon Conservancy Field Institute se concentran en invierno y primavera, cuando el clima es más favorable y hay menos turistas (Martin St-Amant / Wikipedia)

Las opciones varían desde recorridos de seis horas hasta travesías de diez días, las cuales recorren un extenso sendero en la zona occidental del parque.

Guías locales para una experiencia más profunda

El valor diferencial de estas excursiones radica en la presencia de guías especializados, muchos de los cuales han vivido, trabajado y estudiado en el propio Gran Cañón. Noelle Ritzman, especialista en logística y excursiones de un día en el Grand Canyon Conservancy Field Institute, explicó a Travel + Leisure que, aunque los guías aportan datos fascinantes sobre la geología y la historia del lugar, su verdadero aporte consiste en ayudar a los visitantes a conectar con el paisaje y comprender la importancia cultural y natural del cañón.

“Sus conocimientos van más allá de la superficie, fomentando una apreciación más profunda tanto de las maravillas naturales como de la rica historia que definen este paisaje icónico”, afirmó Ritzman. La experiencia personal de experto ilustra el impacto de estas aventuras. Recordó a Travel + Leisure su primer viaje al Gran Cañón en 2007, cuando, con solo nueve años, acampó con su familia en Mather Point.

Los guías especializados del Gran
Los guías especializados del Gran Cañón ofrecen una experiencia única al compartir conocimientos sobre geología e historia local (Scott Catron / Wikipedia)

“La vista del cañón me dejó sin palabras. Luego, mi padre me dijo que íbamos a descender y sentí miedo”, relató. A medida que avanzaba por el sendero Bright Angel, ese temor se transformó en asombro ante los colores y la belleza del entorno. “El mejor viaje suele comenzar con miedo o incertidumbre, pero termina inspirándonos y cambiándonos”, reflexionó.

2.000 millones de años de historia geológica

Con 1,6 kilómetros de profundidad y 16 kilómetros de ancho, el Gran Cañón exhibe 2.000 millones de años de evolución geológica a través de paisajes que impactan por su belleza y dimensiones.

El parque, ubicado al norte de Arizona, ocupa aproximadamente 5.000 kilómetros cuadrados, donde se alternan cañones profundos, acantilados imponentes y rocas multicolores. Reconocido como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, se ha convertido en un punto esencial en el itinerario de quienes viajan por los Estados Unidos.

El Gran Cañón, con 1,6
El Gran Cañón, con 1,6 kilómetros de profundidad y 16 de ancho, revela 2.000 millones de años de evolución geológica (Tenji / Wikipedia)

Diversas tribus continúan identificándose con el Gran Cañón como su hogar, manteniendo una herencia que tuvo su origen con el ancestral Pueblo. Un programa guiado por un guardabosque ofrece la oportunidad de conocer la historia geológica de la zona, la vida de las majestuosas aves de presa, la fauna adaptada a este ambiente extremo y la historia de los primeros habitantes.

El Colorado River se abre paso entre las paredes rocosas del parque en un recorrido serpenteante, invitando a los visitantes a elegir entre excursiones breves en bote, con guías expertos, o expediciones de varios días de aventura.

Los miradores como el Mather Point y el Toroweap Overlook brindan panorámicas espectaculares del entorno. Aunque la contemplación del paisaje desde el borde del precipicio es la principal atracción, existen múltiples alternativas para explorar el parque, entre ellas recorridos en mula por el sendero de la ribera sur, descensos en balsa por el río o vuelos en helicóptero para observar desde las alturas el despliegue natural del Parque Nacional del Gran Cañón.