Las recientes incautaciones por parte de las autoridades estadounidenses han puesto de manifiesto la magnitud del flujo de vapeadores ilegales dirigidos a menores de edad y provenientes principalmente de China.
Parte de esta nueva generación de dispositivos está diseñada específicamente para que los adolescentes puedan consumirlos de forma encubierta, sin que padres o educadores adviertan su presencia.
Funcionarios policiales han detallado que estos productos adoptan apariencias inusuales, simulando mochilas, fundas de teléfonos inteligentes, marcadores fluorescentes y hasta consolas portátiles de videojuegos.
Una amenaza disfrazada
En una entrevista con ABC News, el comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Marty Makary, calificó las acciones pasadas para controlar este problema como algo “ridículo” y agregó que la represión sobre los cigarrillos electrónicos ilegales será una “máxima prioridad” para la agencia.
“Vamos a empezar a confiscar y decomisar. Vamos a tomar esto en serio”, sostuvo el funcionario, dando cuenta del nuevo enfoque que la FDA pretende implementar para combatir este fenómeno.
La proliferación de vapeadores ilegales enfocados en la juventud representa un desafío para las autoridades. Makary subrayó que “no existe ningún producto de vapeo aprobado en Estados Unidos que contenga un videojuego”.
Mostrando un ejemplo de estos dispositivos, enfatizó: “No existe un producto de vapeo aprobado en Estados Unidos que tenga uno de estos deliciosos sabores frutales”. Estas presentaciones, prohibidas por la FDA, son uno de los principales factores de riesgo identificados en el incremento del consumo de vapeadores en menores de edad.
El mes pasado la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP) incautó alrededor de 2 millones de estos productos ilícitos, cuyo valor estimado alcanzaría los 34 millones de dólares. El funcionario de esta agencia, Eric Everson, comentó durante un recorrido por una instalación de productos decomisados: “Esto es solo una pequeña fracción de las incautaciones que tenemos en el lugar”.
De acuerdo con cifras de la CBP que cita ABC News, solo en los primeros seis meses de 2025, el valor de mercado nacional de los productos decomisados ascendió a 60.3 millones de dólares.
El crecimiento vertiginoso de establecimientos donde se venden estos dispositivos, frecuentemente instaladas en esquinas de vecindarios de todo el país, alerta especialmente a las autoridades.
“Nos preocupan estas tiendas de vapeo que están surgiendo en cada esquina de EEUU”, señaló Makary según consignó el medio estadounidense. El comisionado advirtió también que “los padres no son conscientes de lo que se vende allí”, en referencia a la facilidad con la que menores de edad pueden acceder a estos productos.
Cifras alarmante; padres y autoridades en alerta
Hasta la fecha, la FDA ha autorizado solo 39 productos de cigarrillos electrónicos para su comercialización legal en EEUU, todos ellos con sabores de tabaco o mentol. Cualquier otro sabor, especialmente aquellos dirigidos a menores, permanece prohibido. A pesar de estas regulaciones, la presencia de sabores atractivos y originales ha crecido de modo alarmante en el mercado ilegal, como destacó el propio Makary.
En un intento por frenar la venta de estos productos no autorizados, la FDA envió recientemente un total de 800 cartas de advertencia a distribuidores y minoristas. Según Makary, “el ochenta y cinco por ciento de los productos de vapeo que se venden en las tiendas de vapeo son ilegales de acuerdo con la lista de la FDA”. Esta cifra da cuenta del alcance del mercado ilícito y de los desafíos regulatorios que enfrenta la agencia sanitaria.
El riesgo que implica el consumo de estos productos va más allá de la legalidad: la falta de controles ha generado gran incertidumbre sobre su composición. “Ni siquiera sabemos qué contienen algunos de estos productos de vapeo (ilegales)”, advirtió Makary en declaraciones a ABC News. Esta falta de transparencia ha inquietado tanto a autoridades sanitarias como a organizaciones de padres que reclaman por mayores controles y sanciones más estrictas.
