
Una ilustración colgada sobre la caja registradora de una pizzería suburbana encendió una tormenta nacional. En ella, Luigi Mangione aparecía retratado como un santo con túnica esmeralda y un halo dorado.
Colgada por la hija del dueño, la imagen buscaba denunciar lo que consideraba “el corrupto sistema de salud en América”. Pero el retrato no era de un mártir cualquiera: era de un presunto asesino -relata el perfil publicado por Rolling Stone.
Luigi Mangione, un joven de 26 años originario de Towson, Maryland, fue arrestado en diciembre de 2024 por el asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en pleno Midtown Manhattan.
La policía lo encontró con una pistola parcialmente impresa en 3D, una mochila, un cuaderno y una carta dirigida al FBI donde, supuestamente, escribió:
“Lamento cualquier sufrimiento o trauma, pero esto tenía que hacerse. Francamente, estos parásitos simplemente lo tenían merecido”.
El crimen no fue visto por muchos como un hecho aislado, sino como la chispa que canalizó la frustración colectiva de una sociedad agobiada por el acceso desigual a la salud.
Las balas utilizadas llevaban inscritas las palabras “retrasar”, “negar” y “despojar”, términos que, en el lenguaje crítico hacia la industria aseguradora, describen prácticas de rechazo sistemático de reclamos. La víctima no parecía haber sido seleccionada al azar.

De la devoción a la amenaza
En Vito’s Pizza, donde Mangione solía pedir una porción de pollo parmesano tras salir del colegio, el dueño Giuseppe Mantova se vio en el centro del vendaval mediático.
“Estás apoyando a un criminal”, le dijo una clienta por teléfono antes de anunciar que no volvería al local. La respuesta de Mantova fue seca:
-¡Pues no vengas!
“Los seguros son muy caros; cobran demasiado”, explicó Mantova en italiano mientras ponía una porción de pepperoni en el horno.
Recordó sus propios problemas con su aseguradora, especialmente cuando intentó que le cubrieran una resonancia magnética. Aunque la ilustración fue retirada tras las quejas al administrador del centro comercial, la conversación ya se había desbordado.
Un joven brillante y su legado familiar
Mangione no era un desconocido marginal ni un radical clásico. Criado en una familia italoamericana influyente y acomodada, estudió en la elitista Gilman School, donde fue valedictorian (el elegido, como mejor alumno del curso, para dar el discurso de despedida en la ceremonia de graduación).
“Luigi estaba en ese grupo de chicos que uno sabía que iban a hacer investigaciones científicas revolucionarias”, recordó un excompañero. “Pero Luigi era el único con quien podías charlar de cualquier cosa. Cuando empezaba a hablar, tenía todo ese aire de tipo seguro, encantador”.
Se graduó en la Universidad de Pensilvania con honores en inteligencia artificial y matemáticas, pese a sufrir dolor crónico por una condición espinal (espondilolistesis), niebla mental y otros síntomas debilitantes.
“Simplemente no podía recuperarme tras una semana de sueño interrumpido... Es absolutamente brutal tener un problema que paraliza tu vida”, escribió en Reddit.

De Hawái al crimen
Después de graduarse, se mudó a Hawái para enfocarse en su salud. Caminaba por las noches, hacía yoga, organizaba clubes de lectura y conversaba con amigos sobre temas existenciales.
En Goodreads escribió una reseña del manifiesto del Unabomber en la que afirmaba: “Es fácil desechar esto como un manifiesto de un lunático, para no enfrentar algunos de los problemas incómodos que señala... pero es simplemente imposible ignorar cuán acertadas resultaron muchas de sus predicciones sobre la sociedad moderna.”
En 2024, decidió irse de mochilero por Asia. Desde Japón escribió que quería “desconectarse del mundo” en los pueblos montañosos de la región de Nara.
“Es súper frondoso; hay un río hermoso que atraviesa la garganta... Quiero quedarme aquí un mes, meditar, meterme en aguas termales y escribir”, dijo en un audio a un amigo.
En Reddit, aconsejaba a otros con su condición médica que usaran términos prácticos con los médicos: “Diles que no puedes trabajar... Vivimos en una sociedad capitalista. He visto que la industria médica responde con más urgencia a esas palabras clave que a tus descripciones de dolor insoportable.”
El asesinato de Brian Thompson

El 4 de diciembre de 2024, Brian Thompson caminaba hacia una conferencia de inversores de UnitedHealthcare cuando fue baleado por la espalda con un arma parcialmente impresa.
Horas después, en Minnesota, la policía informaba a su familia. Las redes se llenaron de carteles de “Se busca” con fotos de otros ejecutivos del sector. Algunos usuarios ofrecían esconder al atacante. “Hace tiempo que no tenemos un héroe popular”, comentó un periodista en el tribunal.
La conexión con Mangione se confirmó gracias a una coincidencia visual: un detective de San Francisco notó que las cejas del sospechoso en las cámaras de seguridad coincidían con las fotos en redes sociales de Mangione.
Al ser detenido, llevaba consigo una carta manuscrita en la que afirmaba: “No es un problema de conciencia ya; claramente se trata de juegos de poder. Evidentemente, soy el primero en enfrentarlo con una brutal honestidad.”
Reacciones y consecuencias
El arresto fue convertido en espectáculo. El alcalde de Nueva York participó en la perp walk (paseo del acusado esposado) y las imágenes circularon como símbolo de la polarización. “Estaba en exhibición en la mayor puesta en escena de un perp walk que he visto en mi carrera”, denunció su abogada, Karen Friedman Agnifilo.
El día de su presentación en el tribunal, un camión con la imagen de “San Luigi” circuló entre manifestantes. Una joven dijo: “La verdad es que me parece atractivo, por eso tengo esta camiseta... pero vine a apoyar, porque quiero que el foco sea la reforma sanitaria”. Otra agregó: “Todos conocemos a alguien que ha sido arruinado por la industria médica”.
Mientras tanto, la familia Mangione se declaró “conmocionada y devastada”. Cerraron sus redes sociales, dejaron de abrir el correo y pidieron oraciones para todas las personas involucradas. “Nos enteramos por los medios. Pedimos que recen por todos los afectados”, expresaron el 9 de diciembre.

¿Un símbolo o un hombre?
En la audiencia, Mangione miró brevemente a sus seguidores antes de ser escoltado fuera. En redes, circulaba una nueva imagen viral: sus tobillos esposados y descalzos.
“Su cobertura de este hecho está completamente desconectada de la realidad y es un insulto a la inteligencia del pueblo estadounidense y sus experiencias vividas”, gritó Mangione frente a las cámaras.
Y aunque su defensa insiste en que “no es un símbolo”, los hechos muestran que ya lo es.
A la espera del juicio, permanece detenido en el MDC de Brooklyn. La fiscalía federal pedirá la pena de muerte.