En un anuncio esperado con gran interés, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) podría tomar una decisión en las próximas semanas sobre la posible prohibición del colorante alimentario Red No. 3, utilizado ampliamente en dulces, bebidas y cereales. Este colorante, cuya seguridad ha sido objeto de debate durante décadas, está bajo escrutinio por su vinculación con el cáncer en estudios realizados en animales.
La revisión actual responde a una petición presentada en 2022 por más de 20 organizaciones de salud pública, entre ellas Consumer Reports y el Center for Environmental Health, que exigen la revocación de la autorización del Red No. 3 como aditivo alimentario.
Según Jim Jones, subcomisionado del Programa de Alimentos Humanos de la FDA, el proceso de revisión se encuentra en su etapa final, y la decisión podría marcar un precedente importante en la regulación de colorantes artificiales en el país.
Historial de uso y restricciones actuales de los colorantes Red No. 3 y Red No. 40
El colorante Red No. 3, también conocido como eritrosina, fue prohibido en 1990 para su uso en cosméticos y medicamentos tópicos bajo la Cláusula Delaney del Acta Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos. Este cambio ocurrió después de que estudios en animales demostraron su potencial carcinogénico. Sin embargo, el Red No. 3 continuó siendo permitido en alimentos y bebidas, una decisión que ha sido objeto de críticas persistentes por parte de defensores de la salud pública.
Por su parte, el Red No. 40, aprobado por la FDA en 1971, es uno de los colorantes sintéticos más utilizados en Estados Unidos. Aunque no ha sido objeto de prohibiciones parciales como el Red No. 3, sí enfrenta un creciente escrutinio debido a preocupaciones sobre posibles efectos en la salud, particularmente en niños. En la Unión Europea, este colorante y otros como el Yellow No. 5 y el Yellow No. 6 requieren etiquetas de advertencia que indican su posible impacto en la actividad y atención infantil.
A pesar de las restricciones internacionales y las preocupaciones de salud pública, ambos colorantes permanecen ampliamente disponibles en el mercado estadounidense. Según la institución, las diferencias en las regulaciones reflejan enfoques distintos hacia la evaluación de riesgos, destacando la falta de un sistema de revisión postmercado obligatorio en Estados Unidos.
Impacto en la salud pública y controversias científicas
El uso de colorantes artificiales como el Red No. 3 y el Red No. 40 ha generado preocupación debido a posibles riesgos para la salud, especialmente en poblaciones vulnerables como los niños. Si bien la FDA mantiene que estos aditivos son seguros cuando se usan de acuerdo con sus regulaciones, investigaciones recientes sugieren que podrían tener efectos adversos en ciertos casos.
Estudios en laboratorio han vinculado el Red No. 3 con el desarrollo de cáncer en ratas, un hallazgo que impulsó su prohibición en cosméticos en 1990. No obstante, la FDA argumenta que los mecanismos que causan cáncer en animales no son aplicables a los humanos, postura que sigue siendo motivo de debate.
En cuanto al Red No. 40, investigaciones han señalado posibles efectos neuroconductuales, como hiperactividad y problemas de atención en niños sensibles a estos aditivos. Un análisis de 2021 realizado por la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California concluyó que los colorantes sintéticos podrían contribuir a problemas de comportamiento en ciertos casos.
La falta de consenso científico también refleja deficiencias en la investigación financiada por el gobierno de Estados Unidos. Según expertos, como el profesor Jerold Mande de la Escuela de Salud Pública de Harvard, el bajo nivel de inversión en estudios sobre los efectos a largo plazo de los colorantes dificulta la formulación de políticas basadas en datos sólidos. Mientras tanto, el principio de precaución adoptado por otros países, como los de la Unión Europea, ha llevado a restricciones más estrictas o prohibiciones directas.
Esta disparidad en la regulación alimenta un debate continuo sobre si los posibles riesgos para la salud justifican el uso de estos colorantes, que se emplean principalmente para mejorar la apariencia de los productos en el mercado.