El análisis de solvencia para el alquiler: cómo se hace y qué implica

La solidez económica del inquilino permite prever su capacidad para afrontar pagos y gastos asociados al alquiler

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El estudio de solvencia de
El estudio de solvencia de inquilinos se ha consolidado como uno de los filtros imprescindibles antes de firmar un contrato de alquiler. (Europa Press)

El creciente interés por la seguridad financiera en el mercado inmobiliario ha hecho que el estudio de solvencia de inquilinos se consolide como uno de los filtros imprescindibles antes de firmar un contrato de alquiler. Para quienes buscan arrendar su vivienda, este proceso minimiza el riesgo de impagos y ayuda a garantizar una relación estable y beneficiosa para ambas partes.

La solidez económica de los candidatos es un factor central en la selección de inquilinos, ya que permite anticipar su capacidad para cumplir con los pagos regulares y afrontar gastos imprevistos asociados a la vivienda. El análisis abarca aspectos financieros y crediticios, con el objetivo de proporcionar garantías tanto al arrendador como al arrendatario. Según destaca el portal inmobiliario Idealista, este procedimiento ha ganado importancia y popularidad en las operaciones de alquiler residencial.

¿En qué consiste el estudio de solvencia?

El denominado estudio de solvencia es una evaluación detallada de la situación financiera de una persona interesada en alquilar un inmueble. Los propietarios recurren a este informe antes de cerrar cualquier contrato, para asegurarse de que el inquilino cuenta con los recursos necesarios para afrontar las mensualidades del alquiler sin comprometer su estabilidad económica.

Entre los criterios habituales, se valora que el potencial inquilino conserve al menos un 60% de sus ingresos tras abonar la renta. Esta referencia permite ajustar el pago de la vivienda al nivel de ingresos y evitar situaciones de sobreendeudamiento. En los casos donde el candidato ya mantiene préstamos u otras deudas, el saldo disponible para el alquiler resulta aún más relevante, ya que impacta directamente en su capacidad real para asumir el gasto.

El estudio de solvencia se apoya en la documentación financiera que el postulante debe aportar. Las nóminas, justificantes bancarios, certificados de pensión, declaraciones fiscales y cualquier prueba de ingreso regular son los documentos básicos que suelen solicitarse. Además, resulta común consultar bases de datos especializadas, como la Base de Datos de Inquilinos Morosos (BDMI), para detectar antecedentes de impago o incidencias anteriores.

Documentación, coste y pago del informe

La obtención de un certificado de solvencia puede realizarse de diferentes maneras. El arrendador puede comprobar gratuitamente parte de la información entregada, aunque este método presenta limitaciones si los documentos presentados han sido falsificados. En el caso de contratar un seguro de impago de alquiler, es la aseguradora la que suele encargarse de la verificación de solvencia.

El precio del alquiler de viviendas en España creció un 4,4% en tasa trimestral y se incrementó un 9,7% en junio en tasa interanual, marcando un nuevo máximo, hasta los 14,6 euros por metro cuadrado, según datos del portal inmobiliario Idealista (Fuente: Europa Press).

También se puede presentar un certificado de inquilino no moroso, que incorpora un informe de solvencia y tiene un coste de 9,90 euros. En muchos anuncios de alquiler, este certificado se ha convertido en un requisito previo y excluyente que deben presentar los interesados, lo que simplifica el proceso de selección y reduce el tiempo de espera para ambas partes.

El coste de estos certificados puede variar según la entidad que los expide o la profundidad del análisis. Mientras algunos propietarios prefieren encargarse directamente del procedimiento, otros delegan la tarea en aseguradoras o plataformas independientes especializadas, sumando un filtro adicional a la operación del alquiler.

Beneficios de la verificación de solvencia para propietarios e inquilinos

La comprobación previa de la solvencia trae consigo varias ventajas concretas. El riesgo de impago se reduce de forma notable, ya que los propietarios pueden excluir a candidatos con perfiles financieros débiles antes de concretar la firma del contrato. Esta previsión también aporta tranquilidad, dado que ambos actores conocen desde el principio la viabilidad económica de la relación arrendaticia.

Otro de los beneficios más destacados es el ahorro de tiempo y recursos, puesto que los propietarios pueden filtrar a los candidatos que no cumplen con los requisitos económicos mínimos y, de este modo, evitar visitas y gestiones innecesarias. Además, la transparencia en estos procesos contribuye a crear relaciones más estables, donde las expectativas económicas de ambas partes se establecen con claridad desde el inicio.

El estudio de solvencia online facilita la obtención rápida de resultados, muchas veces en menos de un día laborable, y ha cambiado la dinámica del mercado de alquiler. Plataformas digitales como idealista han generalizado el uso de estos servicios y los han integrado en los procesos habituales de selección de inquilinos en múltiples ciudades.