Las empresas que no permitan la ‘pausa para el café’ se enfrentan a multas de hasta 7.500 euros: es un derecho reconocido en el Estatuto de los Trabajadores

La normativa actual obliga a los empleados a descansar al menos quince minutos si sus jornadas laborales son de seis horas continuadas o más

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Tres compañeros de trabajo toman
Tres compañeros de trabajo toman un café durante su descanso obligatorio (Canva)

El Estatuto de los Trabajadores garantiza que, si tu jornada continuada supera las seis horas, tienes derecho a una pausa mínima. El objetivo de este derecho laboral es proteger la salud y la seguridad del empleado. Sin embargo, muchas personas siguen creyendo que el conocido “descanso para el café” depende de la generosidad de la empresa, aunque la normativa española establece claramente que esta pausa es obligatoria e irrenunciable.

Es el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores el que determina que, para cualquier jornada laboral continuada superior a seis horas, corresponde una pausa mínima de quince minutos. Ni el empleado ni el empleador podrán negarse a interrumpir la actividad. En el caso concreto de los menores de 18 años, la ley es aún más estricta, ya que estos empleados deben disfrutar de una pausa de treinta minutos si su jornada supera las cuatro horas y media (4,5 horas) de manera continuada.

Este descanso no depende del sector ni del tamaño de la empresa: es un derecho universal para todos los trabajadores que cumplan los requisitos de jornada descritos. El Estatuto de los Trabajadores subraya que esta medida busca “garantizar el bienestar del empleado” previniendo la fatiga y otros riesgos para la salud.

¿Se paga la “pausa para el café”?

Una de las dudas más frecuentes gira en torno a la remuneración de este descanso. La legislación establece que la pausa se considerará “tiempo de trabajo efectivo” y, por tanto, será remunerada. Aunque esto debe aparecer especificado en el convenio o el contrato de trabajo del empleado, de tal forma que la empresa tenga la obligación legal de conceder esos quince minutos y, además, pagarlos. En caso contrario, el tiempo puede no ser remunerado, aunque el derecho a la pausa como tal seguirá siendo obligatorio.

La Inspección de Trabajo y los tribunales han sido tajantes en este punto, aclarando que renunciar a este derecho no es posible y que su incumplimiento constituye una infracción de la normativa sobre jornada laboral. El propio Estatuto señala que “no vale con alegar que hay mucho trabajo”; la empresa está obligada a organizar la actividad respetando este derecho como elemento fundamental para la prevención de riesgos laborales.

Sentencia del Supremo: los días de descanso no pueden coincidir con los festivos.

Consecuencias de negar el descanso

Cuando una empresa se niega a conceder el descanso establecido por ley, el trabajador puede interponer una denuncia ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. En este contexto, los jueces han dictaminado en repetidas ocasiones que negar el descanso obligatorio supone un incumplimiento grave y está sancionado tanto por el Estatuto como por la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (LISOS).

Las multas oscilan entre los 751 y los 7.500 euros, según ha informado Noticias Trabajo, en función de la gravedad y las circunstancias concretas. Además, si la empresa no lleva un registro adecuado de la jornada laboral incluyendo las pausas, la sanción podría incrementarse, pues existe la obligación de dejar constancia de estos descansos para todos los empleados.

No pueden pagarte para seguir trabajando

Por otra parte, cabe recordar que la empresa no puede sustituir el derecho al descanso por una compensación económica, al contrario de lo que ocurre con las horas extras. La organización del trabajo debe siempre respetar y facilitar esta pausa, evitando prácticas que puedan poner en riesgo la integridad de la plantilla.