Una mujer falsifica su CV para conseguir un puesto administrativo: es despedida tras ser descubierta por no ser capaz de realizar las tareas que le mandaban

Asumió la responsabilidad de los asuntos médicos en un hospital. Había sido candidata del Partido Comunista Francés en elecciones municipales de 2020

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FOTO DE ARCHIVO: Una cama
FOTO DE ARCHIVO: Una cama de hospital en la unidad de cuidados paliativos de la Clínica Saint-Elisabeth, en Marsella, Francia, 31 de mayo de 2024. REUTERS/Manon Cruz/FOTO DE ARCHIVO

El tribunal administrativo de Cergy-Pontoise ha confirmado el despido de una empleada del Centro de Acogida y de Cuidados Hospitalarios (Cash) de Nanterre (Francia) que había falseado su historial profesional para acceder al puesto de responsable de asuntos médicos. La sanción, considerada proporcionada por los jueces, pone fin a un caso en el que el engaño de la trabajadora terminó perjudicándola.

Una contratación breve y conflictiva

La mujer, que había sido candidata del Partido Comunista Francés en las elecciones municipales de 2020 en Bezons (Val-d’Oise), fue contratada en septiembre de 2021 por el hospital Cash de Nanterre. Su misión era asumir la responsabilidad de los asuntos médicos en la institución, un cargo de relevancia dentro de la organización hospitalaria.

Sin embargo, apenas unas semanas después de su incorporación comenzaron a surgir las primeras dudas. Según relató el tribunal, la recién contratada presentaba serias “dificultades” para manejar las tareas que se le asignaban. Estas limitaciones despertaron sospechas en la dirección del centro, que decidió revisar los documentos aportados durante su proceso de selección.

Fue entonces cuando aparecieron las primeras irregularidades. La empleada había modificado datos clave de su trayectoria profesional y presentado una falsa promesa de contratación en el Instituto Curie, en París, con el objetivo de reforzar su candidatura y obtener mejores condiciones.

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Un historial alterado para escalar responsabilidades

En los documentos entregados, la trabajadora había cambiado la fecha de contratación en el Instituto Curie, había inflado el puesto realmente ocupado para transformarlo en una “responsabilidad superior” y había aumentado la remuneración declarada. También había solicitado al Cash retrasar su incorporación con el pretexto de que seguía vinculada por contrato a la institución parisina desde el 1 de octubre de 2019.

La realidad era muy distinta. Su contrato en el Curie había concluido meses antes y nunca entregó los justificantes solicitados, que habrían revelado la falsificación. Al investigar, el Cash descubrió que únicamente había trabajado allí durante cinco meses como encargada de personal médico y que su periodo de prueba había terminado de forma anticipada.

Con estos elementos en la mano, la dirección del Cash decidió suspenderla de manera cautelar y solicitó la opinión de la comisión consultiva paritaria de París. El 6 de diciembre de 2022, la empleada fue despedida formalmente por falta grave.

La justicia avala el despido

Disconforme con la medida, la mujer acudió al tribunal administrativo. Alegó que las críticas recibidas correspondían más bien a una “insuficiencia profesional” y no a una falta disciplinaria que justificara su despido. Defendió además que la decisión de la dirección había sido “desproporcionada” en relación con los hechos.

Los jueces de Cergy-Pontoise no compartieron esa visión. En su fallo, fechado el 30 de abril de 2025 y hecho público en agosto, recordaron que el comportamiento de la trabajadora constituía un “manquement à l’obligation de probité”, es decir, un incumplimiento de la obligación de honradez.

La sentencia subraya que la propia demandante no negó de manera seria la falsificación, limitándose a restar importancia a sus consecuencias. Para los magistrados, sus problemas en la ejecución de las tareas encomendadas fueron consecuencia directa de haber accedido a un cargo para el que no estaba capacitada gracias a documentos falsos.

El tribunal validó el despido y condenó a la demandante a pagar 1.500 euros al Cash de Nanterre en concepto de costas judiciales. Un engaño que, lejos de asegurarle un ascenso profesional, terminó sellando de manera definitiva el final de su breve paso por la institución hospitalaria.