El día que Burger King afirmó que “las mujeres pertenecían a la cocina”: la campaña de marketing que lanzó un 8 de marzo

Una provocación en redes que buscaba visibilizar la desigualdad de género en la alta cocina terminó convertida en un caso clásico de mala comunicación

Guardar
Captura de la publicación de
Captura de la publicación de Burger King en Twitter (ahora X)

El 8 de marzo de 2021, mientras miles de empresas en todo el mundo conmemoraban el Día Internacional de la Mujer con mensajes de empoderamiento y visibilidad, Burger King en Reino Unido optó por una estrategia radicalmente distinta. En su cuenta oficial de Twitter (ahora X), publicó un mensaje contundente y provocador: “Las mujeres pertenecen a la cocina”.

El tuit, por sí solo, se viralizó en cuestión de minutos. Las críticas no tardaron en llegar. Usuarios de todo el mundo expresaron su indignación ante lo que consideraban un comentario misógino, fuera de lugar y profundamente ofensivo, más aún en una fecha tan significativa. La frase evocaba una mentalidad machista y anticuada, típica de otras épocas, que relega a la mujer a las tareas domésticas y al cuidado del hogar.

Sin embargo, pocos se detuvieron a leer el hilo completo. Burger King respondió a su propio tuit inicial con una explicación: “Si ellas quieren, por supuesto. Solo el 20% de los chefs son mujeres. Tenemos la misión de cambiar la proporción de género en el sector de la restauración, empoderando a las empleadas con la oportunidad de desarrollar una carrera culinaria”.

La intención, según aclaró posteriormente la compañía, era llamar la atención sobre la falta de representación femenina en la alta cocina y anunciar la creación de un programa de becas para mujeres que quisieran formarse profesionalmente en ese ámbito. Pero para muchos, el daño ya estaba hecho.

Un intento de visibilizar que salió mal

La campaña, ideada con un enfoque provocador y viralizable, pretendía subvertir un estereotipo clásico —el de que la mujer pertenece a la cocina— para transformarlo en una oportunidad de empoderamiento. No obstante, el formato elegido para transmitir el mensaje fue considerado por muchos como insensible y erróneo, especialmente al tratarse de una red social como Twitter, donde la información se consume de forma rápida y fragmentada.

Logo antiguo de la cadena
Logo antiguo de la cadena Burger King (REUTERS/Henry Romero)

La estrategia de separar la frase impactante del contexto explicativo fue, según expertos en comunicación, el principal error. El revuelo fue tal que Burger King UK acabó borrando el tuit original y emitió una disculpa pública: “Nos disculpamos sinceramente por el tuit ofensivo. El objetivo era llamar la atención sobre un hecho real: solo una pequeña parte de los chefs profesionales son mujeres. Pero claramente no conseguimos comunicarlo de manera efectiva, y lo lamentamos profundamente”.

La línea fina entre lo provocador y lo ofensivo

Este episodio puso sobre la mesa una reflexión importante acerca de los límites del marketing con fines sociales. ¿Hasta qué punto es aceptable utilizar frases provocadoras para generar impacto? ¿Es legítimo arriesgarse a ofender si la causa detrás es noble?

Burger King no fue la primera —ni será la última— marca en apostar por el “shock value” para abrir conversaciones sobre desigualdad, género o injusticia social. Sin embargo, lo que este caso dejó claro es que la forma en que se transmite el mensaje es tan importante como el mensaje en sí. Una mala ejecución puede eclipsar completamente las buenas intenciones.

Tras la polémica, algunas personas y organizaciones se solidarizaron con la idea de fondo, reconociendo el problema real de la infrarrepresentación femenina en la cocina profesional. No obstante, el consenso general fue que Burger King erró en la forma y el momento.

Burger King, KFC, McDonald’s, Domino’s... Un estudio califica el trato a los pollos en su cadena de suministros.

Desde entonces, la campaña se ha convertido en un ejemplo clásico de “cómo no comunicar” en redes sociales, especialmente cuando se trata de temas sensibles. En escuelas de comunicación y marketing se analiza como un caso de estudio sobre la importancia del contexto, la sensibilidad social y la elección del canal adecuado.

Cuatro años después, el incidente sigue siendo recordado cada 8 de marzo como uno de los errores más notorios en la historia reciente del marketing digital. A pesar de las disculpas, la reputación de la marca se vio afectada durante un tiempo, especialmente en entornos feministas y entre consumidores concienciados.