La camionera de 22 años que en su primer año laboral hace 8 horas y cobra 2.000 euros: “Pienso dedicarme a esto toda la vida”

A pesar de las buenas condiciones, la conductora ha vivido escenas de discriminación que dejan ver hasta qué punto persisten los prejuicios en el sector

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Una mujer joven se dedica
Una mujer joven se dedica profesionalmente a conducir un camión (Canva)

Con más de 100.000 kilómetros recorridos por carretera en apenas un año, Andrea ha hecho trizas los tópicos sobre la profesión de camionero y ha desafiado las barreras de género en un sector tradicionalmente ocupado por hombres. De acuerdo con una información de El Español, esta joven catalana, con sólo 22 años, se ha convertido en la camionera profesional más joven de España, y afirma sin titubeos: “Pienso dedicarme a esto toda la vida”.

Vocación temprana

Desde pequeña, Andrea siempre se sintió atraída por los vehículos. “Mientras mis amigas jugaban con muñecas, yo prefería los cochecitos”, explica. A los 20 años, tomó la decisión de adentrarse profesionalmente en el sector, un camino en el que ha contado con el apoyo de su marido, también camionero. “Fue él quien me enseñó que esa afición podía convertirse en una profesión y así lo hice”, recuerda Andrea, quien no dudó en comenzar el proceso formativo necesario.

La obtención de todos los carnés requeridos supuso, para ella, un esfuerzo considerable, tanto en tiempo como en dinero: “No fue sencillo, entre huelgas, demoras y un desembolso de entre 4.000 y 5.000 euros”, relata. No obstante, saca una conclusión clara de esa experiencia: “Si realmente te gusta y le pones ganas e ilusión, sale bien”, confiesa a El Español.

Un caso poco común

Uno de los aspectos que más llaman la atención del caso de Andrea es la normalidad de sus horarios laborales, muy lejos de la imagen de jornadas interminables habitual en este sector. “Me dijeron 8 horas y lo están cumpliendo”, asegura con firmeza.

De lunes a viernes, su ruta atraviesa Cataluña, especialmente entre Barcelona, Lérida y Gerona, donde conduce un camión frigorífico para transportar, sobre todo, mercancía seca. Cada jornada suma entre 200 y 250 kilómetros diarios y, según explica, hace sus turnos de 14:00 a 22:00.

Aunque lo más interesante para muchos es su salario. Andrea no esconde que cobra “unos 2.000 euros al mes”, cantidad que considera “justa” y suficiente para poder disfrutar de su tiempo libre tras el trabajo, algo que ahora valora mucho tras haber estado empleada en una gran cadena de supermercados, donde no encontraba este equilibrio.

“Ahora sí tengo estabilidad. Eso es lo que me llevó a cambiar”, afirma Andrea, quien subraya la importancia de la conciliación.

La incorporación al mundo laboral más tardía de los jóvenes, con una tasa de empleo entre los 16 y los 29 años 15 puntos porcentuales inferior a la de 2007, hará que los que se jubilen en 2065 y que solo hayan podido cotizar 30 años deban compensar sus menores cotizaciones demorando la jubilación hasta los 71 años si quieren mantener el nivel de vida previo.

Luchando contra los prejuicios

Pese a que dentro de su empresa se siente respetada, Andrea no ha tenido el mismo trato fuera de ella. Ha vivido escenas de discriminación que dejan ver hasta qué punto persisten los prejuicios en algunos ámbitos. Recuerda, por ejemplo, cómo en un almacén un hombre mayor le preguntó directamente qué hacía allí, insinuando que ese no era “su lugar”. Ella responde con naturalidad: “Soy una persona igual que tú”.

Los comentarios que ponen en entredicho su experiencia por ser joven y mujer tampoco han faltado. “No tienes ni idea de lo que es el transporte por más que lleves un año”, le han llegado a decir. La joven responde con serenidad: “Sí, es verdad que llevo poco tiempo, pero bueno, por algo se empieza”. Además, lanza un mensaje claro para quienes dudan de su profesionalidad: “Por ser mujer y joven no significa que haga mal la faena o que la haga peor que los hombres”.

Inspiración para otras generaciones

Andrea no sólo quiere conducir camiones, también aspira a servir de referente para otros jóvenes que puedan plantearse seguir su camino. “Animaría a las personas jóvenes que se sacaran el carnet, que no tuvieran miedo. Es un sector muy importante y, desde mi punto de vista, muy bonito”, anima.

Según recoge El Español, la conductora destaca la alta demanda de profesionales en el sector de la logística y presume de no haber estado en paro ni un solo día desde que acabó su formación.

No obstante, consciente de los aspectos a mejorar dentro del transporte por carretera, Andrea sugiere que “los minutos” que forman parte del descanso “cuenten” en el tacógrafo para evitar retrasos innecesarios y facilitar la conciliación. Además, reclama una mejora en las condiciones de los servicios públicos destinados a mujeres, que suelen encontrarse en muy mal estado.