Cocituber come en el restaurante con la mejor croqueta de jamón del mundo: “Se me queda cara de tonto. Yo no vuelvo”

Junto con La Cocina del pirata han documentado en vídeo su experiencia en un restaurante con estrella Michelin y la degustación de un menú de caza en Cuenca

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Cocituber y La cocina del
Cocituber y La cocina del pirata prueban un menú de un restaurante con estrella Michelin. (@cocituber/ Canva)

Dos de los creadores de contenido gastronómico más seguidos en TikTok España han unido fuerzas para enfrentarse a uno de los menús degustación más sofisticados, y caros, del panorama nacional. Cocituber, con más de 413.000 seguidores en la red social, y La cocina del pirata han documentado en vídeo su experiencia en un restaurante con estrella Michelin conocido por elaborar lo que definen como “la mejor croqueta de jamón ibérico del mundo”. El resultado: una mezcla de fascinación, humor, crítica gastronómica y una cuenta final que deja huella.

“Hoy en Cocituber Gourmet me he puesto mi camiseta de 'I love Cuenca’ para comer”, ha arrancado el creador de contenido el vídeo con tono distendido. “Empieza la comilona”, ha añadido mientras los dos se preparan para una sucesión de platos del llamado “menú manchego”. Uno de los primeros detalles que destacan es la presentación y los utensilios: “Hostia, qué guapo el cuchillo, tú”. Pero lo importante es lo que llega al plato: cocina de caza, escabeches, reinterpretaciones de clásicos y combinaciones sorprendentes que provocan entusiasmo, pero también desconcierto.

La croqueta premiada que no supera a la de mamá

Uno de los momentos centrales del menú es la llegada de la croqueta de jamón, galardonada por su excelencia. Los creadores la prueban con atención. “Ojo, chaval, qué cremosidad”, ha exclamado Cocituber, aunque luego matiza La Cocina del Pirata: “Está muy buena, pero para mí no es la mejor del mundo. Mi madre las hace mejor”.

Los dos divulgadores gastronómicos enseñan
Los dos divulgadores gastronómicos enseñan la croqueta de jamón. (@cocituber)

A lo largo de la degustación, los platos se suceden con comentarios improvisados y una mezcla de valoración crítica y lenguaje cercano. Prueban un “sándwich hoja de parra” y también perdiz escabechada, una especialidad del chef. “Tiene un mejillón ahí. Oh, qué bueno está, tío”. Después llega un gelé de alubias con codorniz que genera dudas terminológicas: “¿Qué es eso? Tiene un currazo todo”.

Cocina de caza y emociones encontradas

El menú continúa con propuestas que giran en torno a la caza y a elaboraciones complejas. Una galantina de trucha rellena de jabalí y papada ibérica despierta admiración: “Está de locos y qué bonito”. Por otro lado, la sopa de paloma torcaz también deja huella, aunque no todos los platos despiertan el mismo entusiasmo. “Me parece que está de la hostia”, ha comentado Cocituber sobre uno de los platos más intensos. Sin embargo, con el paso de los minutos ambos comienzan a notar el giro temático: “Es muy de caza, y mira que es bonito, tío. El curro que lleva detrás es la hostia, pero...”.

La cocina de autor, reconocen, exige un paladar específico y una disposición emocional determinada. Aunque valoran el trabajo del chef, hay un punto de inflexión cuando descubren que han escogido el menú más caro. “Por 100 euros me parecía que estaba muy bien, por 160 me parece que está...”, ha comentado Cocituber sin terminar la frase.

Martín Berasategui, el chef con 11 estrellas Michelin que salvó su primer restaurante gracias al dinero de un pastor.

Un final dulce con grasa de gallina y una cuenta salada

El postre, a pesar de no incluir piezas de caza, mantiene el enfoque rupturista del menú: “Lleva grasa de gallina. Joder, macho. Esto está delicioso”. El sabor convence, pero el impacto llega con la factura: 320 euros para dos personas. “Hostias. 160 euros el menú de Santerra”, comentan mientras revisan el ticket. “Menos mal que pagas tú”, ha deslizado La cocina del Pirata en broma.

La despedida resume la mezcla de admiración y desencanto que deja la experiencia. “Te juro que se me queda un poco cara de tonto, me da pena”, ha manifestado Cocituber. Y ha añadido, con sinceridad: “Yo no te voy a decir que no vengas, pero yo no vuelvo”.