
Melody ha protagonizado este martes 13 de mayo su primera actuación en Eurovisión 2025. Tras unos días intensos de ensayos y puesta a punto de su candidatura, la representante de España ha mostrado al fin a Europa sus cartas para el festival con una actuación que ha desatado la locura en el St. Jakobshalle de Basilea.
Los cincos países miembros del Big Five, entre los que está España, se clasifican directamente para la gran final del sábado 17 de mayo junto al anfitrión, que este año es Suiza. Sin embargo, el año pasado se introdujo la novedad de que esos seis candidatos al micrófono de cristal actúen en directo también en las galas eliminatorias, dando así visibilidad a sus propuestas antes del sábado.
De esta manera, este martes ha sido el turno de España, Italia y Suiza, mientras que el jueves serán Francia, Alemania y Reino Unido quienes enseñen por primera vez sus propuestas sobre el escenario de Eurovisión.
La aplaudida actuación de Melody
Si de algo puede presumir Melody es de arrasar por donde pasa. El apoyo mayoritario del público la aupó hasta lo más alto del Benidorm Fest, los eurofans la han vitoreado en Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Londres o Ámsterdam a lo largo de este camino eurovisivo y ahora está viviendo su gran momento en Basilea.
La andaluza ha protagonizado un espectacular número en el que ha rezumado magnetismo y carisma, traspasando la pantalla y levantando a todo el estadio de Basilea al ritmo de Esa diva.
La actuación de Melody se divide en tres actos y comienza con un primer plano en el que se ve a la artista en penumbra con su ya icónico sombrero cordobés. Para esta primera parte, la cantante viste una gran bata de cola negra, similar a la que lució en Benidorm. Intensidad, nostalgia y una presencia imponente caracterizan un arranque muy destacable a nivel visual y de realización.
En el segundo acto, que comienza con el primer estribillo, Melody atraviesa un enorme telón rojo dejando atrás la oscuridad y con un vestuario totalmente distinto: un body plateado con más de 15.000 cristales incrustados. Tal y como venía sucediendo en los ensayos previos, la artista no ha podido hacer el reveal lo suficientemente rápido y ha tenido que cantar unos segundos tras el telón, aunque eso no ha evitado que el público le dedicara una atronadora ovación al verla salir de nuevo.

Los mismos vítores se han vuelto a repetir tras la caída del telón con la que arranca el tercer acto. La cantante lo da todo con un dancebreak, se sube a una plataforma para la nota sostenida y lanza el micrófono para cerrar la actuación con una pirueta imposible. Esta última parte es la más espectacular de la actuación, pero a nivel televisivo acaba resultando la más deslucida, con una realización en la que imperan los planos lejanos y un elemento escénico —la plataforma con escaleras— que acaba entorpeciendo más de lo que aporta.
Pese a todo, Melody ha tenido el privilegio de conectar con el público en una gala que, sin duda, vivirá de forma mucho más tranquila que la del sábado, cuando se lo jugará todo en la gran final. Pase lo que pase, Esa diva ya es la diva de Europa.