
La dificultad para acceder a una vivienda ya es un problema de alcance global, sin embargo, no afecta a todos los países de la misma manera. Estados Unidos está empezando a notarlo, pero con una clara diferencia respecto a España: los baby boomers están siendo los principales perjudicados. Y es que esta generación de nacidos entre 1946 y 1964 está enfrentando crecientes dificultades económicas que están impactando tanto en sus decisiones de vivienda como en el mercado inmobiliario en general.
Así lo ha explicado la empresaria americana Meredith Whitney, también conocida como el “Oráculo de Wall Street” que predijo la Gran Crisis Financiera, que ha advertido que los baby boomers están lastrando el mercado inmobiliario. En una entrevista para Bloomberg TV recogida por la revisa neoyorquina Fortune, la analista financiera ha explicado que, aunque los baby boomers poseen en conjunto una riqueza estimada en 75.000 billones de dólares, esta no se distribuye de manera equitativa, si no que solo son “una pequeña porción”, ya que “los adultos mayores viven al día”.
Como consecuencia, muchos no pueden permitirse cambiar de vivienda y se ven obligados a permanecer en sus hogares, lo que limita la oferta disponible en el mercado inmobiliario. Esta situación se agrava porque buena parte de ellos no puede costear una residencia con servicios de asistencia, lo que les obliga a continuar viviendo en sus casas. “La mayoría no pueden permitirse una residencia asistida y se están quedando en sus casas, lo que está lastrando el mercado inmobiliario”, ha afirmado. Es decir, que esta desigualdad en la distribución de la riqueza está provocando una retención prolongada de las viviendas por parte de quienes no pueden asumir los costes asociados a una residencia. Whitney subraya que, al no tener medios suficientes, muchos se ven obligados a envejecer en sus propios domicilios.
Problemas de inventario de vivienda
La consecuencia de este escenario es una oferta estancada de viviendas que impacta directamente en la accesibilidad del mercado. “Este es uno de los problemas con el inventario de viviendas. Se quedan en sus casas más tiempo porque no pueden permitirse mudarse”, ha afirmado la experta. A esto se suma una tendencia preocupante: el incremento de los préstamos con garantía hipotecaria solicitados por adultos mayores. Según la analista, el 44% de estas operaciones son solicitadas por personas de edad avanzada. “Es una locura, ¿verdad?”, comentó, en referencia a que esta situación contrasta con la narrativa tradicional de los baby boomers como una generación privilegiada y con capacidad económica holgada.
La paradoja es que, a pesar de esta falta de liquidez, los baby boomers representan actualmente el 42% de todos los compradores de viviendas en Estados Unidos. Por el contrario, los millennials -generación que se encuentra en la franja de edad tradicionalmente considerada como la ideal para comprar una primera vivienda- apenas representan el 29 %. Esta diferencia, según Whitney, no responde únicamente a decisiones personales o cambios culturales, sino a una disparidad de oportunidades marcada por el coste de vida, la evolución del mercado laboral y el acceso al crédito.
¿Igual que en España?
En España también hay problemas con la escasa oferta de viviendas (que está incrementando los precios). Sin embargo, la problemática es distinta. Y es que la generación del baby boom es más joven que en Estados Unidos (los que nacieron entre 1957 y 1977), por lo que la mayoría de estas personas, de momento, no necesitan una residencia y continúan viviendo en sus viviendas.
Aun así, en este caso, el grueso de los préstamos hipotecarios también está en manos de la generación del baby boom, según el informe del Banco de España sobre la situación financiera de las familias publicado el pasado mes de julio. El organismo lo atribuye a que los hogares de mediana edad endeudados tienden a ser generadores de ahorro, con el que gradualmente amortizan la deuda adquirida, y, por lo general, suelen alcanzar la tercera edad habiendo amortizado el grueso de su deuda, aunque existen instrumentos financieros que les permitirían endeudarse para recibir liquidez monetizando su vivienda.
De hecho, los datos del Banco de España mostraban hasta 2011 una elevada concentración de las hipotecas en los hogares de edad inferior a 45 años, con un porcentaje cercano o superior al 70%, sin embargo, a partir de entonces se evidencia un descenso pronunciado de la deuda en menos de este grupo de hogares, hasta situarse en el 42% en 2022.