
En España, las desheredaciones han aumentado considerablemente en los últimos años. Este proceso, regulado en los artículos 848 a 857 del Código Civil español, implica excluir a un heredero de la herencia a través del testamento, pero debe haber una razón específica y válida para hacerlo. Se trata de un trámite legal complejo que exige cumplir con ciertos requisitos y procedimientos debido a sus consecuencias.
Según la legislación española, la herencia se divide en tres partes: la legítima, el tercio de mejora y el tercio de libre disposición. La legítima corresponde a los herederos forzosos, como los hijos, y es la porción que por ley se les debe asignar. Para que un hijo quede excluido de esta parte, deben existir causas que justifiquen dicha decisión. Entre los motivos más comunes para desheredar a un hijo se encuentran comportamientos graves como el maltrato o la negativa a proporcionar alimentos al testador. Estos hechos deben ser denunciados y respaldados por una sentencia judicial.
Si un heredero desheredado considera que la causa no es válida, puede impugnar el testamento. En este caso, serán los herederos del testador quienes deberán demostrar que la razón alegada para la desheredación es cierta. Además, la desheredación acarrea la pérdida de varios derechos fundamentales. Entre ellos, se pierde el derecho a recibir alimentos, siempre que se pueda probar que el desheredado incurrió en hechos que justifican su exclusión.
Causas por las que se puede desheredar
Rechazar proporcionar alimentos a un familiar, ya sea ascendiente o descendiente, sin una razón justificada, puede ser un motivo para que se produzca una desheredación.
Asimismo, agredir físicamente o insultar gravemente a un familiar también son razones válidas para desheredar a alguien, ya que se considera un comportamiento inapropiado y dañino dentro del ámbito familiar.
La pérdida de la patria potestad es otro motivo que puede justificar la desheredación, especialmente cuando el fallecido es un hijo y el progenitor ha sido privado de sus derechos parentales por una decisión judicial o por actuar de manera que ponga en peligro al menor.
Por último, intentar atentar contra la vida de un familiar, ya sea ascendiente o descendiente, es una de las razones más severas para la desheredación. Este tipo de conducta, que incluye intentos de asesinato o actos de violencia extrema, no solo está penada por la ley, sino que también trae consigo graves consecuencias en el ámbito de la herencia.
Cuáles son los pasos a seguir para desheredar a un heredero
Para llevar a cabo la desheredación, es necesario redactar un testamento en el que se exprese claramente la intención de desheredar y se justifique la causa que lo motiva. Esta causa debe estar debidamente respaldada por la documentación adecuada que la avale y la certifique.
De acuerdo con los procedimientos legales, el testamento debe ser firmado por el testador y contar con la presencia de dos testigos. A continuación, el testamento debe ser presentado ante un notario, quien se encargará de verificar que cumple con todos los requisitos legales necesarios.
El último paso en este proceso es la inscripción del testamento en el Registro de Actos de Última Voluntad, gestionado por el notario. Esta inscripción formaliza y valida la desheredación, asegurando la exclusión del heredero forzoso.
Cuando un heredero se entera de que ha sido desheredado, tiene el derecho de impugnar tanto el testamento como la desheredación a través de un procedimiento judicial. Para ello, debe interponer una demanda ante el tribunal correspondiente, cuestionando la validez de la cláusula de desheredación. La impugnación se lleva a cabo en los tribunales mediante un proceso ordinario.