
Un aficionado noruego ha conseguido una entrada para el histórico partido entre el Bodø/Glimt y el Tottenham Hotspur en las semifinales de la Europa League a cambio de cinco kilos de pescado semiseco, una especialidad local noruega conocida como boknafisk, con un valor de casi 2.500 coronas noruegas (214 euros). El encuentro, que se celebra en pleno Círculo Polar Ártico, ha generado una demanda inusitada: 50.000 personas compitieron por apenas 480 entradas disponibles para el duelo de vuelta.
Torbjørn Eide, gerente de producción en una piscifactoría situada en la isla de Senja, no se resignó a quedarse sin asistir al evento deportivo del año en su país. Tras no lograr una entrada por los canales oficiales, decidió recurrir al trueque. “Producimos el mejor boknafisk de Noruega, y probablemente no se puede conseguir en la ciudad de Bodø. Así que pensé que tal vez a alguien le interesaría”, declaró a la cadena pública NRK.
Su propuesta no cayó en saco roto. Øystein Aanes, que tenía una entrada de sobra porque su hermano no podía acudir, aceptó el trato. “Fue solo una cosa divertida”, comentó Aanes, también en declaraciones a NRK.

Del pescado al reno: la fiebre por estar presentes
La historia de Eide inspiró a otros. Nils Erik Oskal decidió ofrecer cinco kilos de carne de reno, otro producto típico de las regiones árticas noruegas, a cambio de su propia entrada. “Alguien mordió el anzuelo. No tardó mucho”, explicó. Aunque el valor del trueque es sensiblemente menor —unos 1.000 coronas noruegas, equivalentes a unos 85 euros—, eso no le importa: “Lo importante es que voy a vivir algo enorme”.
Este tipo de intercambios refleja no solo la enorme expectación generada por el partido, sino también el arraigo cultural y la creatividad de los aficionados noruegos, que no dudan en recurrir a métodos poco convencionales para presenciar un evento que podría marcar un antes y un después para el fútbol del país.
Bodø/Glimt, contra todo pronóstico
El conjunto noruego llega al encuentro con desventaja tras caer 3-1 en el partido de ida en Londres. Un gol tardío del centrocampista Ulrik Saltnes les dio una mínima esperanza para la vuelta en casa. “Fue más un alivio haber conseguido levantarnos un poco y meternos en el partido”, explicó Saltnes. “Seguimos siendo grandes ‘outsiders’, pero al menos ahora será una batalla”.
Bodø/Glimt ya ha sorprendido a varios equipos en Europa esta temporada y Saltnes insiste en que su equipo saldrá sin miedo: “Creo que [el Tottenham] jugará muy parecido al último partido. Nosotros no tenemos nada que perder, y simplemente tenemos que atacar lo mejor que podamos”.
El centrocampista también subraya la necesidad de mantener la cabeza fría: “No sirve de nada pensar que vamos a ganar el partido en 10 minutos. Puede pasar de todo, y tenemos que centrarnos en nosotros mismos, aunque sabemos que va a ser un reto increíble”.
Para Saltnes, el viaje es tan importante como el destino: “Llegar a la final sería genial, pero no creo que cambie mucho. Las experiencias que tienes en el camino son mucho más importantes que el lugar al que llegas”.