
Los turistas británicos que planean visitar España, Portugal y Francia durante los próximos meses, han recibido una advertencia clave para este verano: llevar dinero en efectivo como medida preventiva ante posibles cortes de energía.
Y es que según ha informado el medio británico The Guardian, esta recomendación surge, lógicamente, tras el reciente apagón masivo que afectó a estas regiones a finales de abril, lo que puso de manifiesto la vulnerabilidad de los sistemas digitales en situaciones de emergencia como aquella.
Chris Jones, director de PSE Consulting, una empresa dedicada a la construcción y diseño de viviendas ecológicas, ha querido destacar por su parte la importancia del dinero físico en estos escenarios.
Según sus declaraciones, las interrupciones en los servicios digitales, ya sea por fallos técnicos, ciberataques o cortes eléctricos- tema sobre el que aún se debate- subrayan la necesidad de contar con efectivo como una red de seguridad esencial. “El efectivo sigue siendo un elemento esencial, en España, Portugal y Francia hace unas semanas, pero también en otros lugares de Europa”, afirmó Jones.
Además, señaló que, aunque las transacciones digitales dominan cada vez más la vida cotidiana, el efectivo ofrece una resiliencia fundamental durante este tipo de anomalías que son posibles, como acabamos de descubrir, en nuestro día a día.
Cada vez circula menos dinero en efectivo, sobre todo en Europa
El uso de dinero en efectivo ha disminuido significativamente en Europa en los últimos años, especialmente en las ciudades, pero eventos como el reciente apagón refuerzan la necesidad de mantener un acceso sólido a este medio de pago.
Según explicó Jones, de hecho, garantizar que servicios críticos como supermercados, gasolineras y farmacias puedan seguir aceptando efectivo en caso de fallos digitales es crucial para evitar el colapso de la economía local en momentos tan vulnerables.
Charmalee Jayamaha, gerente senior de Energy Systems Catapult, una organización respaldada por el gobierno del Reino Unido, también se ha pronunciado sobre el tema.
En concreto, explicó que ningún sistema puede ser completamente resiliente y que los riesgos deben equilibrarse con la disposición de las sociedades a invertir en su reducción. Según sus palabras, lograr una infraestructura completamente libre de apagones requeriría una inversión económica que no sería viable, por lo que siempre hay que tener un plan b.

Medidas proactivas para poder sobreponerse a un apagón
En este contexto, países como Suecia y Noruega han tomado medidas más específicas y no solo orientadas a las vacaciones en España, animando a sus ciudadanos a mantener efectivo en casa para emergencias y reforzando la aceptación de este medio de pago en sectores clave de la economía.
Estas iniciativas tratan de garantizar que, incluso en situaciones de interrupción de los sistemas digitales, las personas puedan acceder a bienes y servicios esenciales y no se generen todavía más problemas de los que ya de por sí entraña no tener luz.
El profesor Jianzhong Wu, director de la escuela de ingeniería de la Universidad de Cardiff, también ha querido advertir que los apagones “pueden ocurrir en cualquier lugar”.
Lo cierto es que aunque las redes eléctricas actuales cuentan con altos estándares de confiabilidad, no están diseñadas para ser completamente inmunes a fallos. Como efectivamente se ha podido comprobar.
Precisamente por esto, el debate sobre la transición hacia una economía más digital también ha puesto de relieve la necesidad de encontrar un equilibrio entre la innovación tecnológica y la seguridad económica. Y es que proteger el acceso al efectivo no solo beneficia a los grupos más vulnerables, sino que también asegura que toda la economía pueda seguir funcionando en caso de fallos en los sistemas digitales.