Ryanair ha ganado popularidad en los últimos años como una de las aerolíneas más económicas para viajar, gracias a la amplia variedad de rutas que ofrece con una larga lista de países como destino y tarifas muy asequibles. Sin embargo, el ‘lowcost’ también tiene su precio y los pasajeros han denunciado haberse enfrentado a cargas adicionales que han elevado el presupuesto de su viaje de forma inesperada.
La regla más polémica que deben seguir los pasajeros de Ryanair es, sin duda, la normativa en torno a los límites de tamaño y peso de las maletas que se pueden transportar en los vuelos. Según la política de equipaje de la aerolínea, cada pasajero puede llevar tan solo un pequeño artículo de equipaje de mano de forma gratuita, siempre y cuando este quepa debajo del asiento delantero. Además, este bulto no podrá superar unas dimensiones concretas, de 40 centímetros de altura, 25 centímetros de anchura y 20 centímetros de profundidad. Cuando un viajero se encuentra en el aeropuerto con que su equipaje no cumple estos requisitos, puede suponer problemas y pagos extra.
Cargos adicionales
En caso de que la maleta sea más grande de los permitido, el pasajero se verá obligado a dejarla en tierra o pagar al momento por facturarla como equipaje de mano. La tarifa para realizar esta gestión si no se quiere tener que prescindir del equipaje es de 30 euros en los vuelos que tienen como origen un aeropuerto español, pero la cifra a abonar asciende hasta los 55 euros para el resto de trayectos. Por lo tanto, los viajeros de España podrían encontrarse con una desagradable sorpresa si no logran encajar todas sus pertenencias en la maleta permitida para su viaje de vuelta a casa.

Los pasajeros más previsores pueden ahorrarse este proceso seleccionando directamente la opción Priority al comprar su billete, que cuenta con una normativa más laxa en cuanto a equipaje. En concreto, las personas que hayan adquirido este billete podrán disfrutar de ventajas como una segunda bolsa de mano de hasta 10 kilos y unas dimensiones de hasta 55x40x20cm, que se deberá subir a bordo del avión para colocarse en el compartimiento coloca por encima de los asientos. Sin embargo, los billetes Prioritarios son limitados por cada vuelo y no todos los pasajeros que así lo deseen podrán acceder a estos beneficios.
Más de 50 euros por una botella de agua
Una historia que ha recorrido las redes recientemente ha sido la de la pasajera británica a la que una botella de agua le costó la sanción de 55 euros. Según relata el The Mirror, los trabajadores de la aerolínea irlandesa pesaron y midieron el equipaje de mano de la pasajera y este cumplía con sus requisitos, pero el problema vino cuando le avisaron de que debía guardar la botella de agua de 750 milímetros que llevaba colgada en su bolsa.
La mujer logró introducir la botella en su equipaje, pero esto provocó que la mochila ganará volumen y no cupiese en las cajas utilizadas en los aeropuertos para medir el equipaje. Pese a su insistencia en que en el viaje de ida sí le habían permitido viajar con su botella colgada, los trabajadores no cedieron y la británica se vio obligada a pagar el cargo extra. "Con perspectiva, debería haber tirado la botella de agua en el Aeropuerto de Dublín, pero en ese momento no se me ocurrió“, asegura la afectada.